¿ y si Múlan fuera hombre ? Múlan el Joven Guerrero.

Múlan y su gran valentía

No puede ser, había escrito vaca con b......

Una vez Chi Fu y sus acompañantes se marcharon, los ciudadanos regresaron a sus labores cargando ahora con el pesar y la angustia propia de una guerra por nacer, Múlan y su familia entraron a su hogar, donde una especie de mini guerra también naciá.

Madre: ¡Múlan ¿en que estabas pensando?! – Vocifero angustiada la pobre mujer, confundida por el repentino coraje que se adueñó del menor de sus hijos.

Padre: Cariño no es necesario gritar, sé que puedo pelear ¡por China estoy dispuesto a hacer mucho más que pelear! – Exclamo con un entusiasmo propio de los últimos aires y del orgullo ofendido, su hijo menor había puesto en duda su capacidad de defender a su país ante todo el pueblo, aquello le hería y le enfurecía a la vez. Shaoran demostrando gran afecto por su padre, se quedó parado en el umbral de la puerta, observando en silencio con la mirada vacía.

Múlan: Shaoran mi padre, nuestro padre ya no debe pelear más ¡se ganó el derecho a ya no luchar! Sí él va a la guerra...es para ya no volver jamás- estas últimas palabras fueron pronunciadas con más temor que tristeza, sabía que aquello hería a su padre y eso lastimaba a Múlan, pero le era más doloroso el pensar que su padre muriera en medio de un campo de batalla, tan lejos de su familia, a la cual dejaría con el corazón roto y con la incertidumbre de su destino por el resto de sus vidas, no lo podía permitir, no lo iba a permitir.

Shaoran: yo...

Bo: ¡Tienes razón Múlan! Marchar a esa guerra significa ya nunca volver ¡No quiero perder a mi esposo, no de esta forma! Solo piensa en nuestra hija – la voz de la joven madre sonaba desesperada y furiosa por la habitación, de la manera más hipócrita posible había demostrado su apoyo de enviar al más anciano y ex combatiente de la familia antes que a su consentido y perezoso esposo. El impulsivo mensaje de Bo altero aún más a la familia, quienes comenzaron a discutir y a gritarse por la desesperación.

Madre: ¡Yo tampoco quiero que mi esposo muera! – Lloriqueo, el miedo se apoderaba de ella, tan solo recordar aquellos días que pasaba pegada a la ventana con el corazón en la mano, recitando miles de oraciones y dejando caer millones de lágrimas ante la incertidumbre del destino de su esposo. No podía dejar a su esposo partir, no podía dejar a sus hijos partir, su alma estaba dividida en tres partes y tomar un bando era algo que definitivamente no se daría el lujo de hacer...por lo tanto solo podía llorar.

Padre: Es bueno saber que mi familia tiene Fe en mí –Gruño ofendido, no importa si aquella escena entre las dos mujeres fue causada por el amor que les tienen a sus esposos, era un verdadero insulto a su capacidad y carrera militar que se le creyera tan inútil.

Madre: Cariño y-yo, no ha sido mi intención...- No puede tomar un bando, no debe tomarlo.

Padre: ¡No hay nada que decir! No hay nada que hablar, amada mía te entiendo y también entiendo a Bo, soy la cabeza de esta familia es mi deber y mi lugar el presentarme entre las filas de combate, es algo que puedo y quiero hacer ¡esta es mi voluntad! – Con estas últimas palabras giro sobre sus talones con dificultad y se adentró en la casa, gruñendo y refunfuñando en voz baja. *

Cuando la noche llego al pequeño pueblo los más dichosos se dedicaron a dormir, mientras que algunas esposas cargadas de pena ayudaban a sus esposos a preparar los últimos detalles para su partida, el pueblo sufría en silencio y Múlan los acompañaba en su pesar mientras daba vueltas por toda su habitación.

Múlan: ¡Qué se supone que haga! Si mi padre se va, mi madre y yo estaremos perdidos sin él, si Shaoran se va, Bo nos odiaría por el resto de su vida y se marcharía con Maylin, ellos tienen mucho que perder, mucho que arriesgar, y yo soy muy joven...¿lo soy? No se pelar, no se luchar, no sé cómo usar una espada... pero al lado de ellos no tengo tanto que perder. El mayor de cada familia ¡eso ordeno el Emperador! Mi padre ya lucho, mi hermano ni siquiera lo va a intentar, ambos tienen amadas a quien perder e hijos a quienes abandonar... soy muy joven y torpe, soy distraído e impulsivo, y aun así soy la solución para este problema. – En la cabeza de Múlan se desataba un mar de dudas, desde el instante en que la idea de sustituir a su padre en la guerra atravesó su  mente había entrado en una crisis, fue como si encontrará luz entre tinieblas, él podía ayudar a su familia, a toda ella. Nadia lo había sugerido, no solo por la edad si no por el decreto del Emperador, si descubrían que él no era el mayor Shaoran y su padre serían vistos como unos cobardes... pero no había otra salida.