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¿¡Adivina a donde fuiste a comprar tu vestido de bodas?! A mi tienda. DDL abrió sus puertas hace poco. Por cosa del destino, quizá, le encargaste tu vestido a la única empleada (y jefa) en la tienda: Yo.

Fue desconcertante verte de nuevo; un poco mas alta y con el cabello largo. Enfundada en un abrigo de cuero, comprado en el extranjero.

Para colmo de la situación, no te acordabas de mi.

Querida UtopíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora