Candela
Me dirigía a la consulta de la Doctora Frank ella es la que me ayuda por lo que sufrí en él pasado aún me cuesta decirlo.
La doctora Frank fue la doctora que me recomendó mi hermana si mi hermana la triunfadora, la chica con un buen esposo, con carrera universitaria e máster en la Universidad de Colombus, ella estudio médico en la Universidad de Colombus y yo yo siempre quise ser Profesora de Infantil pero hice casó a un miserable y no pude cumplir mi sueño.
Llegué a la consulta de la doctora Frank, salude a la recepcionista en la placa decía que se llamaba Estela. Me senté en la sala de estar dónde había una mujer rubio teñido leyendo una Revista y un hombre con cabello oscuro con canas.
A los pocos minutos salé una chica pelirroja natural con una sonrisa.
-Candela, cuando quiera. Dijo la Doctora Frank dándome una señal para que pudiera entrar.
Me senté en el sofá de azul marino y la Doctora Frank se sentó en un sillón marrón.
-¿Y qué tal Candela? Preguntó la Doctora Frank.
-Hace tiempo que no tengo pesadillas. Dije mientras la Doctora Frank apuntaba lo que decía en su libreta.
-¿Qué tiempo exactamente? Preguntó la Doctora Frank.
-Desde hace un mes dejé de tener pesadillas. Le contesté.
-¿Has seguido mi consejo de distraerte? Preguntó la Doctora Frank.
-Trabajo como asistenta en casa de un hombre. Le contesté.
-Hablame de él. Dijo la Doctora.
-Pues es un hombre de mi edad mas o menos de cabello rubio creo que su profesión es arquitecto aunque es dueño de una empresa de arquitectos. Dije.
-¿Desde cuándo trabajas para ese hombre? Preguntó la Doctora Frank.
-Dos días. Dije.
-¿Sabes su nombre? Preguntó la Doctora Frank.
-No, me hace llamar Señor Tayler. Dije.
-Ya es la hora. Dijo levantándose.
Esperó que os haya gustado la historia.