Ya estaba acostumbrado a esa clase de despertar. El frío mojado del cuerpo, mi cabeza explotando en una migraña que parecería eterna, y las pupilas teniendo problemas para ver por lo dilatadas que estaban. Las buenas noticias eran que no necesitaba despertador casi nunca para levantarme de la cama a horario.
Me saqué los auriculares que ya estaban con el reproductor de música pausado por haberlo dejado funcionando toda la noche, conecté mi celular al cargador, lo apoyé sobre la mesa de luz y fui derecho al baño privado de mi pieza para ducharme. El agua casi hirviendo que usaba para bañarme me ayudaba a sacarme esos escalofríos con los que siempre amanecía, y el vapor que emanaba la ducha por la temperatura alta del agua era de gran ayuda para abrir mis pulmones y arrancar el día con una sensación más cómoda para respirar. Lo que sinceramente me irritaba un poco era que de todos los que estuvimos ese día en el accidente yo era el único que recordaba tan claramente las cosas tal y como habían sucedido. Y lo más irritante, solo yo estaba obsesionado con un bombero del cual los únicos datos que tenía eran un nombre, Harry, que tenía ojos verdes, de edad próxima a la mía (aunque eso solo eran deducciones mías y podría estar equivocado), y que en realidad no era bombero voluntario de la ciudad, sino que estaba de paso y al oír la sirena sonar se metió al cuartel y enseño su licencia de bombero y preguntó si necesitaban ayuda, a lo cual aceptaron debido a que el turno nocturno suele estar pobremente cubierto, y nuestro incendio entraba en la categoría 3, lo que requería mínimamente dos camiones hidrantes y siete bomberos, aunque esa noche sólo hubo cuatro. Todo esto fue lo que me dijo Corden, el Jefe del cuartel general de bomberos, y a pesar de estarle agradecido por haberme informado como fue que ese chico dio con mi casa en llamas esa noche, no me daba mucha ayuda como para encontrarlo. Parecía haber brotado al lado de mi propio árbol con el rocío de las 4 de la mañana y haberse disuelto al día siguiente con los primeros rayos de sol.
Terminé de sacar los restos del acondicionador excesivo que había puesto en mi pelo y salí temblando de la ducha por el frío que hacía, no estaba siendo uno de los inviernos más amigables a decir verdad. Sequé mi pelo con una toalla y como aún así seguía goteando agua en mi pecho opté por tomar el secador de pelo, no podía ser tan idiota como para salir con el pelo mojado y pescar una gripe en mi primera semana de facultad. Desde el incendio el tiempo pareció avanzar como si estuviese siendo detenido por una cuerda, lento y pesado, pero estoy seguro a que se debía por como todo había cambiando a partir del incidente en mi vida y no por alguna especie de alineación astrológica ni mucho menos. Traté de hacer menos pesado el tiempo y me vestí lo más ligeramente posible para ir a desayunar y arrancar mi día.
-Hola Phoebs -saludé a la foto de mi hermana que estaba en una mesita de luz colocada en el centro del living, justo en frente de las escaleras que acababa de bajar -cómo está de humor mamá hoy? -le pregunté. La casa nueva no era tan grande como la anterior, pero seguía siendo muy cómoda y espaciosa para que todos tengamos nuestro propio espacio, aunque ahora que habían nacido Doris y Ernie hace dos meses todo estaba más agitado que de costumbre, pero mucho más vivo y pienso que llegaron en el momento justo antes de que yo empezara a enloquecer. Me dirigí a la cocina y ya estaba mi madre levantada, sirviendo el desayuno tarareando una de esas horribles canciones románticas de los 50', y en la mesa ya estaban sentados Ernie y Doris en sus sillitas altas golpeando los cubiertos de plástico impacientes por comer y Fizzy en uno de los lados de la mesa sentada mirando fijo su celular con unos auriculares horriblemente grandes, escuchando Evanescence a un volumen tan alto que podía escucharse a tres pasos de distancia, todavía no entendía como era que no se había quedado sorda esa niña.
-BUEEENOOS DÍAAAS FIZZYYYY -le grité justo en su oído levantando un poco uno de los parlantes de su auricular, riéndome sin pretenderlo.
-Auch! Vas a dejarme sorda! -Me respondió con una cara indignada.
-Fizzy, si Amy Lee a volumen 60 todavía no lo hizo dudo que un simple saludo mañanero lo haga -Fizzy puso los ojos en blanco y volvió a mirar su teléfono mientras tomaba de a ratos algunos sorbos de su yogurt dietético de vainilla, que era una de las pocas cosas que tomaba -Buenos días mis bonitos gemelos, aunque serían más bonitos si no golpearan plástico duro a las siete de la mañana -les dije jugutonamente a Ernie y Doris, que en respuesta sonrieron y golpearon aún más fuerte sus bandejas plásticas.
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Fireproof blackboard (Larry Fanfic)
FanficA sus 16 años Louis Tomlinson fue salvado de un incendio por un bombero al cual nunca volvió a ver a pesar de haberlo buscado, con quien sueña todas las noches . Dos años más tarde Louis ingresa a la universidad y su profesor de filosofía Harold Sty...