Hay días en los que te vas de fiesta, bebes y amaneces bien, y hay días en los que amaneces mal, muy mal. Pues hoy es de esos días, amanecí mal, muy, muy mal. Estoy sentada en el suelo del baño, he vomitado varias veces y la cabeza me quiere reventar. Estoy muy cansada y me siento muy débil. Es en estos momentos donde digo "no vuelvo a beber", pero luego cuando me siento bien se me olvida que dije eso.
Kevin entra de repente al baño, al verme en este estado pone cara de enojado.
-Te llevare al hospital.
-No quiero ir al hospital.
-Mira como estas Eli.
Grita y mi cabeza duele aun mas.
-No grites.
Se pasa ambas manos por la cara frustrado.
-Se acabaron las fiestas y las borracheras.
Lo miro enojada.
-Eso lo decido yo, no tu.
-Maldita sea Eli, llevas días aquí y cada ves bebes mas y te drogas mas, tienes que parar.
-Es mi vida, yo hago lo que me de la gana. Dejame en paz Kevin.
Le grito y al sentir el dolor mas fuerte, me arrepiento de haber gritado. Kevin sale del baño hecho una furia. No se porque su enojo, él también se emborracha y droga todos los días.