Después de que el YoonMin se hiciera Real [2° Temporada]

Felices

Jimin

Hoy hace tres meses que dejamos Bangtan, Hoseok y TaeHyung se casaron hace poco, y tengo que decir que mi amado Yoongi y yo nos casaremos en dos días, estoy muy contento, principalmente emocionado, por no decir ilusionado.

ㅡAmor, ¿qué te parece si invitamos al mánager? ㅡpregunté, Min y yo seguíamos acostados en la cama, eran las nueve de la mañana, Suga se tiene que ir a trabajar dentro de una hora, yo estoy de día libre, trabajo con Yoongi, y no podíamos evitar hablar de la boda, si, ya está todo listo, pero de la nada se me ocurrió el invitar a nuestro ex-mánager.

ㅡEhm..., bueno, nos ha tratado como hijos, creo que estaría bien, aunque no creo que venga, ya que es homofobico ㅡcontestó, sin abrir los ojos, creo que estaba guardando energías para el duro trabajo que puede que le venga hoy.

El timbre de la puerta de entrada acaba de sonar, miré a Yoongi y él tan solo hizo como si no oyera nada, asique me toca a mí ir a ver quién molesta a estas horas, espero que no sea la vecina viniendo a ver si necesitamos algo, que cabe recalcar que era Army en nuestro tiempo de ídolos, que suertuda, ¿no?

ㅡ¡Hola, guapo! ㅡsaludó TaeHyung, entrando sin mi consentimiento a la casa con su característica sonrisa de oreja a oreja.

ㅡ¿Y esas bolsas? ㅡpregunté, observando las bolsas de plástico color blanco que llevaba en ambas manos, cerrando la puerta detrás de mi y dirigiéndome a la cocina junto con Tae.

ㅡHe traído comida, ¿qué? ¿No viste el mensaje que te envié por la mañana? ㅡcuestinó, haciendo mohín.

ㅡEhm..., no.

ㅡPues te digo: como mi Hoseokie trabaja hoy, y tu Yoonginnie también, pues estaría bien que pasemos el día juntos, ¡los dos casados! ㅡdijo contento, se nota su felicidad a miles de kilómetros.

ㅡVale, me parece bien ㅡaccedí, con una sonrisa apenada, ya que Yoongi acababa de entrar a la cocina con su bóxer color crema.

ㅡHola, TaeTae ㅡsaludó, con la voz somnolienta y finalizando con un bostezo largo.

ㅡHola, abuelito mio.

ㅡ¿Tú tampoco trabajas hoy? ㅡpreguntó con una sutil sonrisa, al mirar en el interior de las bolsas.

ㅡNo, de hecho yo no trabajo, solo lo hace mi Hoseokie ㅡrespondió, mientras que Yoongi lo miraba con los ojos como platos, ¡se ve muy gracioso así! ㅡ¿Qué pasa, Yoonnie?

ㅡNada, me sorprende que Hoseok no te deje hacer nada, odia a los holgazanes. Lo has cambiado mucho, TaeHyung ㅡcontestó, despeinando el castaño pelo de TaeHyung.

ㅡNo, yo limpio la casa, o sea, soy el amo de casa y mi Hoseokie el que trabaja, como las viejas eras ㅡdijo entre sonrisas, me reí fuertemente.

{Dos días después}

Hoy es el día especial, Yoongi y yo nos vamos a casar, pero no en una iglesia, ni mucho menos en un jardín botánico, o en un zoo; sino en la casa de nuestra adorada eomma Jin.

ㅡ¿Qué tal vas, Jimin? ㅡpreguntó Jin asomando su cabeza por la puerta después de haber golpeado ésta.

ㅡMuy bien, ¿cómo me ves? ㅡcuestino, mirándome en el espejo de cuerpo completo que yacía enfrente de mí, mientras que Jin se acercaba hacia mí para mirarme mejor, con su sonrisa orgullosa.

ㅡTe ves hermoso, Jiminnie ㅡdiría que por su forma de haber hablado estaba a un pelo de llorar, espero que no lo haga, sino se le escurrirá el maquillaje y me echará toda la culpa a mí.

ㅡEomma, no llores ㅡdijeㅡ. Si lloras, lo haré yo también, y no queremos eso después del duro trabajo de JungKook al maquillarme ㅡdije, acariciando la ancha espalda de SeokJin.

ㅡSi, tienes razón, Jimin ㅡdijo, secando sus lágrimas con cuidadoㅡ. Esque ese traje te queda de maravilla, y solo tienes que ver a Suga y ya te caes muerto.

ㅡSupongo que si ㅡreí.

ㅡPerdón, pero Park JiMin tiene que estar en el altar ahora mismo ㅡentró NamJoon, empujando a Jin hacia la puerta para que se separe de mí, o sino no lo hace nuncaㅡ. Jimin, ¿listo? ㅡpreguntó, una vez Jin se haya ido.

ㅡSi, NamJoon.

ㅡEstás muy guapo, Jimin ㅡdijo, saliendo de la habitación.

‹...›

Aquí estaba yo, frente a todos los invitados, y ante el altar improvisado en el jardín de la casa de SeokJin y JungKook. La canción tan esperada de boda empezó a sonar, haciendo que mi corazón palpitara a mil por segundo, mientras mi adorado Yoongi aparecía en el altar, tan guapo como él solo.

Con su traje blanco -que combina a la perfección con el mio-, su sonrisa feliz y los ramos de flores que posaba en sus manos, mientras caminaba lentamente hasta mí, y al final, sonreír anchamente con brillo en sus ojos que indicaba estar a punto de llorar.

ㅡTe amo ㅡleí sus labios, los que deseaba besar más que nunca.

Ambos estábamos con las manos enredadas, mirando a Hoseok, quien se hizo cura gracias a Internet, por supuesto que los papeles son reales, solo que el deseo de ser sacerdote de Hoseok era mayor y como buenos amigos, Suga y yo aceptamos.

ㅡMin YoonGi, ¿aceptas a Park JiMin cómo tú legítimo esposo, para amarlo y respetarlo, en la salud y en la enfermedad hasta que la muerte los separe? ㅡpreguntó el cura, más bien, Hoseok.

-Acepto -respondió mi amor, mirandme atentamente a los ojos.

-Park JiMin, ¿aceptas a Min YoonGi cómo tú legítimo esposo, para amarlo y respetarlo, en la salud y en la enfermedad hasta que la muerte los separe? -volvió a preguntar, clavando su mirada expectante en mí.

-¡Claro que acepto! ㅡrespondí, a punto de llorar.

-Y ahora, con el poder que se me ha otorgado en Internet, os declaro marido y esposo. Podeís besaros -dijo Hoseok sonriente; de inmediato, Suga y yo nos besamos con amor e ilusión, mientras que todos los presentes aplaudían y gritaban "felicidades" "son tan lindos juntos" -esa seguro era mi madre-.

ㅡ¡Te amo, Park JiMin! ㅡgritó Yoongi a todo pulmón, esto no me lo esperaba, tampoco las demás personas, ya que pararon sus actos sorprendidos, para luego, seguir aplaudiendo.

ㅡ¡Yo también te amo, Min YoonGi! ㅡgrité, besando con desesperación a mi nuevo esposo.

Y así empieza nuestra vida como esposos, estoy feliz, realmente amo a mi esposo, y estoy cien por cien seguro de que mi adorado marido piensa igual, ese es el único motivo por el que me mira de esa forma, con sus ojos brillosos, sonriendo de oreja a oreja y sobretodo, con sus tres palabras que me suelta cada mañana, y todos los días de nuestras vidas: «Te amo, Jimin»

FIN.