IV. Damnatio Memorae

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Así que Marie-Jeanne y Anne-Lise acudieron de nuevo a ver a Henri para averiguar como matar a ambos, la Bestia y su hermano.


Anne-Lise

-Una flecha no será suficiente- dijo Henri cuando Marie-Jeanne puso su ballesta en la mesa de madera.- Necesitamos algo que corte más profundo.

-¿Una espada?- preguntó Marie-Jeanne

-¿Un hacha?- pregunté yo.

-Algo que use el peso de la bestia contra ella misma- dijo Henri en respuesta mirándonos

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-Algo que use el peso de la bestia contra ella misma- dijo Henri en respuesta mirándonos. Luego camino detrás de nosotras mientras nos mirabamos, él tomo una flecha girándola- Creo que puede que tenga una posibilidad.

Fue cuando nos pusimos a la obra, esa misma noche. Henri y yo tomábamos el largo palo mientras Marie-Jeanne iba por la punta de la lanza que estaba envuelta en una manta frente al fuego de la chimenea. Con la luz de la luna filtrándose en la ventana, Marie-Jeanne tomo la lanza y me miró justo antes de unirla al palo, al hacerlo la sangre de Marie-Jeanne se escurrió por sus manos. Ella sonrió ligeramente. 

Cuando estuvo forjada y Marie-Jeanne separo sus manos quedó sangre en la lanza de plata. Marie-Jeanne cumpliría con su promesa y yo también.


Narrador

Marie-Jeanne acompañada de Anne-Lise dio caza a Sebastian durante tres años, hasta que finalmente lo acorralo en 1767.


Anne-Lise

Sebastian iba detrás de Marie-Jeanne, aún no era la bestia por lo que aún no podíamos matarlo. Yo esperaba a Marie-Jeanne con mi ballesta en las manos apuntando directamente a Sebastian dándole en el hombro, aunque pareció no inmutarse.

Él caminaba con la mirada fría hacia Marie-Jeanne que huía de él. 


Marie-Jeanne

Tropecé y caí en la nieve, me levanté lo más rápido que pude aunque me resbale antes de volverme a levantar y correr hacía Anne-Lise. 

-No hay por dónde huir, hermana- escuché decir a Sebastian detrás de mi.


Anne-Lise

Alrededor de Sebastian comenzó a salir un humo negro  hasta que lo rodeo por completo y del interior salió la bestia corriendo en cuatro patas. Marie-Jeanne corrió aún más rápido. Me hice para atrás aún apuntando. Marie-Jeanne me miró. Era el momento.

 Era el momento

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La Bête du Gévaudan [Teen Wolf]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora