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No sabía que hacer, bueno, sólo pensaba: VAS A MORIR.

Me quedé en blanco, mi expresión en la cara no ayudaba. Esa delgada línea entre reírte y estar seria. Mierda.

-Lo siento...estaba jugando...y...-una estúpida risa se escapó de mi boca. ¿Enserio? Ahora no me van a creer por reírme. -¿Qué estaba diciendo? Esto...- Mierda.

-¡Ay, Dios mío! Si solo les dejé un momento solas...- se pasó las manos bruscamente por la cara. -Tendremos que comprar un cristal nuevo y guardar los juegos. Ay, peligrosa (así me apodaban. Aún lo hacen) ¿Qué haremos contigo? Y díganme, qué sucedió.

Todas nos miramos con miradas cómplices. Creo que pensamos exactamente lo mismo en aquel instante; sólo lo pensé yo.

-Sin duda fui yo. -bajé la cara e intenté llorar para hacerme la víctima. -Fue sin querer, lo siento...- Una lágrima salió por mí ojo derecho. Dentro de mi tenía una sonrisa de satisfacción.

-Tranquila, no pasa nada, con tal de que no se caigan los cristales...-dejó caer su mano con suavidad en mi hombro.

-Bueno tío. ¿Hay algo que pueda hacer? - actúe como un ángel.

-Suficiente has hecho. - se río, y me hice la ofendida. Me giré; casi muero de la risa. -Iros a jugar a la habitación, mientras tu tía y yo hacemos la cena, ya les avisamos.

Sinceramente creo que estoy hecha o vine a este mundo para causar solamente problemas, no lo digo yo, lo dice la Biblia.

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-Que sí... -que pesada es mi madre con repetir las cosas, Lili esto, Lili lo otro, Lili despierta, ¡AY! -Ya te escuché, tranquila. -murmuré entre dientes.

-Deja de contestar, malcriada.

-Diji di quintistir, milcrïidi. -me saca de mis casillas.

-¡Lili! - Mi padre aparece sin previo aviso.

-¿Qué? -respondí con la voz ronca.

-¿Cómo que qué?

-Ya, pues, ¿Qué desea señor? - pongo los ojos en blanco.

-No hay remedio contigo mujer...-refunfuña y arruga su nariz. Se enfada en cuestión de segundos, con él si que no hay remedio.

-¿Me lo dices ya? Que estoy ocupada, y ya sabes como es mi madre cuando se pone a limpiar, y ve que no hacemos nada.

Mi madre, es como cualquier otra, pero tiene el síndrome de la limpieza obsesiva (THC creo que se llama), si piensas que tu madre lo es, pues quítate eso de la cabeza, aún no conoces a la mía.

-Vamos al bar y te compro una tónica con limón. No tengo ganas de limpiar y conociéndote a ti...-Siempre etiquetandome, parezco un libro abierto o tengo cara de vaga, osea que se ubiquen.

-Bueno, pero tu le dices...Que después me echa a mi la culpa y no estoy para soportarla.

-Ya me invento cualquier cosa, tu ves a vestirte.

-Ya lo estoy. -me miro de arriba a bajo, ¿tan mal iba? Que pereza, eso lo dije en alto, ups. -Que pereza me está dando, me pongo un gorro y voy como una princesa pues. -le guiño un ojo y salgo a la sala.

-Vaya demonio me espera criar...

Mi padre no sé por qué se queja de mi si soy igual que él cuando era pequeño. En esta vida nada tiene sentido.

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Me encanta salir con mi padre, es muy satisfactorio. Me entiende. Le entiendo. Nos entendemos. Del verbo entender...me voy del tema. Excepto, en una cosa estamos desacuerdo: James.

- El otro día te vi paseando a Rambo. Estabas acompañada de él, ¿verdad?

- Y si es así ¿que tiene? - respondí muy vacilante, uy Lili...

- Tengo muchas cosas que decirte pero tu solita te darás cuenta, hija. - agarró la cerveza, me miró sin expresión alguna y se la bebió de golpe. Ningún rastro de una miserable gota.

Tienes que ir a casa y cambiarte, Lili.

¡Es verdad! Que luego llego tarde y esta vez no quiero hacer esperar a James.

¿Ves? Tu padre tenía razón y tú no.

¿Por qué lo dices, cerebro?

No estás presentable.

- ...Tío primero me enfadé pero luego le encontré la gracia. - Rayos, qué dice.

- Ah sí, estoy de acuerdo.

- No sabes lo que te dije, ¿cierto? - movió su cabeza en modo de desaprobación.

- Ni la mínima idea. - Sonreí y guarde silencio para que continúe.

- Sobre lo que rompiste el cristal...- Eso era secreto, bueno, creo que sólo lo pensaba yo.

- Fue sin querer, lo prometo. Lo siento.

Me dio una manotazo en la espalda que mi cuerpo saltó por no llorar. Sí, es bruto, lo sé, pero así es su manera de tratarme como un hijo, sí, un chico...

TIC...TAC...

Ya llegué tarde, qué más da. (Yo, toda mi vida)

- Esto...pa' me tengo que irme, tengo una urgencia y ya de paso salgo, adiós. - Bebí la tónica tan rápido como pude pero tenía tanto gas que casi me sale por la nariz.

- Lili, ya llegará la hora que hablemos, ya... - Volteé la vista hacia él y no dije nada. Simplemente me fui.

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⏰ Última actualización: Feb 10, 2017 ⏰

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