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-Bueno no interesa, siéntense en la mesa, ya está todo servido -decía la madre de Shino con tono alegre-.

Posamos nuestras miradas en aquellos platillos que la señora Sandra había preparado para esta ocasión, para que luego Shino volteara a ver a su madre con una mueca de sorpresa.

-Mamá -inició el bajo- esto es mucha comida -la mueca de mi amigo no cambiaba, y a mí me parecía muy gracioso y a la vez tierno porque sus mejillas estaban un poco coloradas-.

-Lo que pasa es que no sabía que tipo de comida le gustaba a Ricardo -río tan falsamente que por un momento me causó escalofríos- y... Preparé un poco de todo...

-No se preocupe señora Sandra, yo me encargo de acabar con todo -sus ojos se posaron en mi y me hacía sentir raro e incómodo-.

Luego de aquella pequeña charla procedimos a sentarnos en conjunto alrededor de la mesa, sabía que faltaba cierta figura paterna, pero el castaño ya me había contado todo lo sucedido hacía tiempo.

Empezamos a degustar de la comida preparada por la madre del chico que me gusta, de hecho su madre cocinaba muy bien y por un momento pensé no poder acabar con todo, pero a medida que iba comiendo el apetito no se iba y pude arrasar con todo lo que la señora Sandra me ofrecía.

Las dos personas que estaban en aquel lugar también pusieron mueca de sorpresa al no confiar en que yo podía terminar con todo, sus ojos estaban tan abiertos que me causaba un poco de gracia por la forma caricaturesca en la que demostraban su sorpresa.

En todo el transcurso del almuerzo Shin estuvo evitando mi mirada, y las pocas veces en las que lograba verlo a los ojos sus mejillas comenzaban a acalorarse, lo cual me parecía muy tierno porque ese color le quedaba muy bien.

Terminada la comida me dispuse a lavar los trastes, pero la señora Sandra ni me dejó, diciendo que yo era el invitado y que mejor me sentara.

Shino y yo fuimos a la sala, al llegar allí un silencio incómodo se estaba formando, al cual yo decidí cortarlo.

-Tu mamá cocina muy bien -hablé rápidamente-.

-Si lo se -me sentí muy tonto al decir algo tan obvio a la persona que prácticamente come todos los días su sazón.

Luego de esa frase un rotundo silencio invadió la sala, nadie era capaz de gesticular una sola palabra, a mi se me hacía difícil hablarle a Shino con naturalidad luego de todo lo sucedido.

-¿Quieren algo de beber?-me sentí muy alegre porque la señora Sandra había terminado de lavar y había terminado con aquél ya incómodo silencio-.

-Si... Me vendría bien algo de jugo -habló Shin con una linda sonrisita-.

-Yo quisiera algo de té, si no es mucha molestia -agregué amablemente-.

-Para nada -su madre era tan agradable que me gustaría quedarme allí para siempre, además tendría un plus ya que también me quedaría con su hijo Shino-

***

Aquella tarde pasó muy rápido, en serio quería quedarme más tiempo con Shino, así que hablé con su madre, para así tal vez convencerla de poder quedarme.

-Claro que puedes quedarte -ella sonrió muy alegremente al proponerle quedarme- además me gustaría que Shino tenga más tiempo con su mejor amigo.

La última frase que dijo me hizo sentir muy raro, escuchar la palabra amigo ya no me causaba el regocijo de antes y me parecía francamente dolorosa.

-Bueno señora Sandra ahora vuelvo, llamaré a mi mamá para avisarle que me quedaré aquí -levanté la comisura de mis labios para poder simular una sonrisa-.

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⏰ Última actualización: Feb 24, 2017 ⏰

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I Need You (Yaoi/Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora