51. Ya lo dije, te extraño.

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Tu ausencia no me es indiferente

Más tu presencia a la vez pasa por ausente.

Inconveniente mi aprecio y tu forma de hacerme sentir querida.

Te añoro.

Oh, querida. ¡Cómo te añoro!

Tú y yo.

Dos granos de arena en desiertos separados.

Tú desierto, el paraíso.

Y el mío, completamente ambiguo.

Dentro de esta inmensa lobreguez,

tú siempre serás mi luz.

Aunque no lo sepas.

Y a pesar de que ya hayas encontrado otra luminiscencia.

Escritos de mi menteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora