Vi una mariposa asomarse por la ventana,
Era de un color singular,
Con las alas despellejadas,
Aún seguía sin dejar de volar.
Asome la mano, sin dejar de pestañear.
Ante tanta belleza, mi mano dejé posar.
La apoyé con tal delicadeza,
Y aun así no se quiso quedar.
Volando se fue.
No la retuve. ¿Para que?
La dejé en libertad.
Y luego me puse a pensar.
Aquella mariposa es un ejemplo a seguir,
Aunque esté destrozada no deja de existir.
Como yo ante todo, no dejo de sonreír.
Hay tantas personas en el mundo que simulan estar bien,
Y otras tantas que estando perfectas, mal se quieren dejar ver.
Los primeros, como mariposas son.
Dejan a su paso una gran sensación.
Te hacen ser feliz, con la mirada las quieres seguir.
Pero cuando desaparecen, ¿qué hay de ellas?
¿Acaso se desplomaran, dejando al fin sus metas?
Y las segundas, fingiendo desesperación,
¿No se dan cuenta que para otras personas lo que simulan es la destrucción?
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Escritos de mi mente
PoesiaNadie se pone en tu lugar, todos juzgan a base de lo que piensan, lo que les dicen, lo que escuchan, pero nadie sabe lo difícil que es ser tu. Es difícil vivir sin esperanza, creyendo que todo está perdido, ¿verdad?