Llegada A México

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Cuatro años atrás•

Pasajeros, favor de abrochar sus cinturones. Y sean bienvenidos a la Ciudad de México— se escuchó decir al piloto por el altavoz del avión.

Coloque el cinturón y cerré los ojos. He viajado muchas veces en avión y lo sigo odiando, creo que no me impondré nunca.

Cuando salgo del avión me dirijo a buscar mis maletas. La mayoría ya ha tomado la suya menos yo, genial. Sólo quedan pocas personas esperando por su maleta y justo cuando mi paciencia se iba a acabar aparece mi maleta ante mis ojos.

¡Aleluyaa!

Cuando estaba por tomar un taxi, un idiota trató de asustarme, pero claro, ¡tenía que pensar que era un ladrón! mi primera reacción fue tomar uno de sus brazos y pasarlo por atrás de su espalda haciendo una llave.

¡Gracias tío Ben por las clases de defensa personal!

Cuando veo al chico, el cual se queja de dolor, no parece tener pinta de ladrón, digo, se ve bien vestido y se ve que cualquiera le metería una paliza, sin ofender al pobre chico, claro.

Terminó de verificar que no es un delincuente cuando veo a tres chicos riendo y gravando con su celular de lejos. Entre cierro los ojos y volteo ver al chico que aún sufre de dolor por mi llave. Comienzo a reír cuando empieza a suplicar por su liberación. Y así lo hago y lo suelto.

Creo que disloque su hombro...

—Lo siento, pensé que ibas a asaltarme — digo con una sonrisa en los labios.

— Wow, ¡pensé que ibas a darme una paliza!— él soba su hombro haciendo muecas de dolor —, creo que pensaré dos veces cuando intenté hacer bromas en la calle a la próxima — dice ahora riendo.

—¿Estas bien? — preguntó un poco preocupada por su hombro pero aún riendo—, creo que te he dislocado el hombro—sonrío apenada.

Él iba a responder, pero los chicos que estaban grabando desde lejos se acercaron a nosotros, aún estaban riendo a carcajadas.

—¡Eso estuvo de poca madre!—dice uno de los chicos, el de cabello chino— ¡Esta chica te ha humillado en Vine, hermano!

¿Vine? ¿Qué?

—¿En serio, en serio lo subieron, hijos de la chingada?—dijo el chico rubio, al que casi le saco el brazo hace unos segundos, aún sigue sobando su hombro.

—Lo siento Juanpa, ese Vine es oro— dice otro chico que me resulta familiar, bastante guapo por cierto—. Ya tiene cien mil reproducciones — dice tomando de los hombros al rubio, el cual se queja de dolor y lo aparta de un empujón.

—¿Qué?

Y esa fui yo, y pues claro, ¡estaba más que confundida! ¿Quién rayos eran estos chicos?

—Oh, lo siento, me llamó Juan Pablo Zurita, pero todos me llaman Juanpa— dice el chico rubio — él es Ricardo— señala al chico de cabello chino, quién me da la mano y dice "Rix" corrigiendo al rubio—, él es Juan Carlos— señala al chico alto con cadenas colgando de su cuello, quien le lanza una mirada a Juanpa y me dice "todos me llaman Juca" y al igual que Rix me da la mano—, y el Mario— señaló al último chico, bastante guapo, como ya había dicho antes, y yo espero a que corrija su nombre como los otros chicos, pero éste solo me da una sonrisa y me da la mano.  

—Yo soy Eva.

—Bueno Eva, sin duda tienes que enseñarme cómo hacer eso— dijo Juca, pasando uno de sus brazos por mis hombros.

—Aamm...—me sentía un poco incómoda con su confianza, y agradecí mil veces cuando mi celular comenzó a sonar—. Lo siento — dije mostrándoles mi celular.

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⏰ Última actualización: Oct 06, 2017 ⏰

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