Un día de preescolar, yo me olvidé la manzana en casa, y cuando me giré para cogerla de la mochila, viste mi cara de disgusto.
-Niña, ¿se te ha olvidado la manzana?-me preguntaste con inocencia.
-Sí-respondí con los ojos llorosos.
-Toma-me ofreciste tu manzana.
Recuerdo cómo sonreíste cuando te la quité y la mordí.
Cuando terminó aquella clase, tu madre vino a recogerte.
Te preguntó si te habías comido la manzana.
Y le dijiste que me la habías dado a mí.
Tu madre te había traido un regalo, pero cuando le dijiste que no te habías comido la manzana, lo guardó y no te lo dio nunca más.
Así que renunciaste a un regalo de tu madre por darme una manzana a mí.
Solo tengo una pregunta:
¿Por qué, chico del pupitre de atrás?
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El chico del pupitre de atrás
Short StoryY así fue como acabamos juntos, chico del pupitre de atrás.