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Recuerdo que una vez, estuvimos mirándonos sin parpadear durante toda la clase.
El profesor me regañó por estar girada sin atender, y a ti no te dijo nada.
Eso me enfadó, y el resto del día no volví a mirarte.
A partir de aquel día, seguías mirándome, pero cuando yo me giraba para regalarte una sonrisa apartabas la mirada...

Entonces comenzaron las notas.
Todavía conservo todas las notas que me enviaste, y tu todavía conservas las que yo te envié.

Debo confesar que me gustaban más las miradas y sonrisas que las notas, pero cada vez que yo me giraba me regañaban, y eso no podía seguir siendo así.

A partir de la segunda nota empezaste a meterme regalos en la mochila, pensando que yo no me daba cuenta de que eras tú.
Cada vez que te daba un regalo lo rechazabas, así que me dedicaba a sacarte sonrisas con las notas para agradecer tus regalos.

Cada uno tiene 5 notas que le envió el otro...
¿Por qué solo 5?
Porque a partir de la quinta nota, todo cambió.
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Hola!!! (al habla la escritora)
He decidido guardaros la sorpresa para mañana...😈
Bye😇

El chico del pupitre de atrásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora