Hemos arribado

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Mire hasta donde mis ojos llegaron y mi vista de águila pudieron,en verdad era un perfecto paisaje con verdes pastos hasta el infinito y un largo riachuelo de aguas casi cristalinas que corría desde el valle hasta donde se
pierde el sol en el horizonte,era para mi el mas bello de los montes,y la casa?,si,la casa,como la voy a olvidar!,una gran casa color salmón de cuatro pisos y anchos ventanales a sus laterales,vidrios hermosos y transparentes como el alma,ventanas sin igual!;tome con decisión todas mis cosas y seguí a aquel anciano hasta la casa,os dire que para su edad había bajado con una facilidad y rapidez enorme de aquella carroza,como si la edad no lo hubiera afectado en nada excepto en los blancos pelos que cubrían su cabellera y las cataratas de aquellos ojos verdosos y llenos de experiencia;caminamos unos metros hasta la puerta principal(grande y amenazadora) y el la abrió,entramos y detrás de nosotros sono el chirrido de sus viseras.

-no hay criado?–pregunte extrañado por no ver al viejo Albus.
-no,no lo hay,Albus ha muerto debido a la edad,al igual que...ella-dijo con una expresión de pena.
-eso me apena en el alma tío,aquellas dos personas eran increíbles.
-lo se jacq,lo se,pero que le vais a hacer,soy el último que queda de un matrimonio sin hijos,siempre tuve problemas en el ámbito de los hijos.
-lo siento Tio,no quería sacar a tema tal problema.
-no te preocupes pequeño,no pasa nada,en realidad os digo que ya nada me afecta-dijo con el sentimiento de pena otra vez.

Subimos las escaleras y me mostró el lugar,tenía dos alas,derecha e izquierda,al centro y subiendo las escaleras un gran retrato de la tía(mujer de gran hermosura cuando joven a decir verdad),tomamos a la derecha y seguimos un ancho pasillo que llevaba a una habitación al fondo de este,(por cierto mas de cinco habitaciones se extendían a cada lado del pasillo).

Entramos a la habitación y me la presento como era de costumbre esperarse.

-bueno niño aqui tienes tu cuarto-dijo alegre y con una sonrisa dibujada en su rostro.

Observe la habitación y encontré en ella algo especial,en realidad os digo que me gusto,no conozco tal razon,en ella una cama muy bien adornada y hecha(suficientemente grande para un adulto),un bonito espejo dorado en una esquina del cuarto y un lavadero blanco como la luna,afuera de las ventanas antes mencionadas una gran terraza flotante hecha de madera con un pedazo de techo flotante encima(dios,sentía el peligro desde aqui!),era la habitación perfecta.

-pues os dejare descansar,mañana me iré-dijo
-gracias tío-dije con sueño
El anciano se retiró de la habitación y dormí plácidamente.

Desperté a la mañana siguiente,con el sol radiante que atravesaba con sus rayos el ventanal de mi habitación y una temperatura perfecta,dios hubierais visto con que energia me levanté,salí de aquella habitación y baje para tomar un merecido desayuno;pero,en medio de la comida algo me llamo la atención de una manera excesiva,una gota,una gota seca más pequeña que un átomo,dios,mire aquella gota durante mas de un esperado plazo mientras mi sangre se helaba con un frío nunca antes sentido,pero me inmute luego de un momento y termine la comida sin hacer caso a aquello.

Nunca jamás creí en algo sobrenatural,demonios,fantasmas y demás,pero debéis saber que luego de aquella casa siempre respete aquel ámbito;primero fueron las manos,luego el torso,luego unas arrugadas y viejas piernas seguidas de una escalofriante cabeza con ojos tan rojos como aquella gota,la vi salir,es cierto mi locura no tiene límites,la vi salir de aquel retrato,escalofriante!,me quede ahi sentado,con la sangre congelada y un dolor de piernas al asustarse de una manera terrible.

Y ahi me quede observando como salía lentamente de aquel retrato sin poder hacer nada debido al terror de mi alma que de alguna forma bloqueaba mi físico;camino lentamente y bajando los escalones de madera hacia mi con una mirada terrorífica dibujada en la cara y estando lo suficiente cerca como para tocarme la cara se acercó y me dijo:hola,¿quien eres tu? 

El retrato de la señorita margôt Donde viven las historias. Descúbrelo ahora