ATARDECER

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Era alto, demasiado alto. Tenía unos ojos marrones preciosos, de un café delirante que ocultaba el más bello de los universos.

Poseía un olor embriagante,  bastaba respirar un poco de él para volverte adicta.

Y esa sonrisa... ¿Alguna vez has visto un atardecer en el día más frio de otoño? Pues era la misma magia pero en su boca.

Las Notas De MaiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora