Reencuentros

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Lisa POV

Acababa de entrar en el instituto y fui directa a mi taquilla de todos los años, la 256, que estaba situada en medio del pasillo principal. Al llegar abrí la taquilla para guardar los libros y de repente unos brazos me rodearon por detrás, abrazándome. Sabía perfectamente quién era:

—Te he echado de menos todo este tiempo —susurró la voz de Andrew, mi novio.

—Yo también— respondí, girándome para besarlo. Estaba muy feliz de haberme reencontrado con Andrew, lo había echado tanto de menos durante el verano. Él se había ido a Florida a visitar a su familia y había vuelto ayer. No nos pudimos ver porque estaba preparando mi vuelta al instituto y además él estaba cansado por el viaje en avión y tenía jet lag. Llevábamos juntos desde hacía casi once meses, habíamos pasado tantos buenos momentos juntos que no importaron los tres meses que habíamos pasado separados.

—¡Parejitaaaaaaaaaaaaaaaaaaa! —gritaron dos voces al unísono. Me separé de Andrew para ver de dónde procedían los gritos. Sin embargo, sabía perfectamente quiénes gritaban.

Al girarme me di cuenta de que estaba en lo cierto, eran Allison y Sue, mis mejores amigas. Las había extrañado, aunque nos hubiéramos visto la semana pasada. Aun así, corrí rápidamente a abrazarlas y vi que por el otro lado corría también hacia nosotras Sarah, otra amiga. Nos dimos un gran abrazo a cuatro.

— Chicas, ¿qué tal el verano? Hacía tanto tiempo que no os veía —dijo Sarah

— El verano genial pero corto —dijo Allison

— Ya vemos que genial cuéntanos más cosas de ese misterioso chico surfista— dijo Sue mientras guiñaba un ojo.

— He estado en la playa casi todo el verano, he conocido a un chico, pero ya sabéis fue solo un amor de verano— respondió quitándole importancia

— De todos modos, se nota que has estado en la playa estás súper morena, no como yo— dije comparando mi brazo con el de Allison.

A pesar de haber estado tres semanas en Puerto Rico, mi piel había vuelto igual de traslúcida que cuando me había ido, incluso más, mientras mis hermanos se bronceaban y tomaban el sol tranquilamente mientras yo me quedaba debajo de la sombrilla echándome crema solar. Ventajas de ser pálida cual vampiro, aunque lo tenía asimilado. Por supuesto, Sarah, Sue y Andrew también estaban morenos, eran personas normales y no se quemaban la raya del pelo, como hice yo el verano pasado.

— Bueno —intervino Andrew, rodeándome la cintura y mirándome a los ojos—, deberíamos ir a por nuestros horarios a secretaría.

— Bueno, pues nosotras también tenemos que ir— dijo Sue con algo de retintín.

Para que os hagáis una idea, a Sue no le caía demasiado bien Andrew, no sabía por qué, pero al menos toleraba nuestra relación como buena amiga que era.

— Yo vengo de recogerlos, así que nos vemos luego —dijo Sarah despidiéndose con la mano— Pero daos prisa que hay mucha...

No pudo terminar la frase porque se chocó con Iris y Helen, dos animadoras, al igual que Sarah, que a mí (ni a nadie) le caían especialmente bien.

— ¡Sarah! — exclamó Helen, como si la hubiese echado de menos. Falsa— Cuidado por donde vas.

— Espero contar con tu voto para ser la capitana de este año— intervino Iris con una brillante sonrisa.

Sue, Allison, Andrew y yo no pudimos oír el resto de la conversación porque ya nos estábamos alejando. Rápidamente llegamos a la cola de secretaría.

— ¿Qué tal en Florida? — le pregunté a Andrew. Necesitaba hablar con él y no por el teléfono.

— Estupendo— contestó sonriendo. Sonreí de vuelta, yo siempre decía "estupendo", al igual que mi hermano Marcus— Aunque ya viste a mis primos pequeños por Facetime, están fatal de la cabeza.

— Eres un quejica, lo que pasa es que no estás acostumbrado a tener hermanos.

— Tendrías que haberlos visto en Disney World, aunque creo que yo me lo pasé mejor que ellos.

Pasaron un grupo de amigo de Andrew por detrás y uno le despeinó. Parecía increíble que fueran los más mayores del instituto, pero era cierto, a los diecisiete años su edad mental era de cinco. Cuando se fueron le coloqué bien el pelo, el me sonrió y me dio un pequeño beso.

Por fin nos dieron nuestros horarios y comparamos nuestras asignaturas, nos tocaba juntos en la mayoría de asignaturas. Vi que los cuatro teníamos historia después de comer. Qué pocas ganas tenía de volver a dar clase con la señora Amanda otro año más. Y entonces los oí, aquellos gritos que parecían venir del cielo diciendo que la señora Amanda ya no nos daría clase.

— ¡Espera, Cameron! — gritó Sue, parando al chico— Queremos más información así que empieza a hablar.

— Al parecer se ha jubilado— nos informó Cameron.

— ¿Cómo lo sabes? — pregunté yo.

— Me lo ha dicho David— contestó señalando a su amigo. Le miré con cara de interrogación para que respondiese a la pregunta anteriormente formulada.

— Tengo contactos.

— Lo que tienes es una torta en la cara— dijo Sue con una amable sonrisa. David le lanzó una mirada asesina, pero acabó sonriendo.

— Me lo ha dicho la misma señora Amanda, que me la encontré en el Walmart el otro día.

— ¿Esos son tus contactos? — preguntó Allison enarcando las cejas.

— Tío has quedado muy mal— dijo Cameron— Mejor me voy y finjo que no soy tu amigo. Por cierto, Andrew, ¿te echas luego unas canastas? — preguntó imitando con las manos el gesto de lanzar un triple.

— Ya sabes que soy más de fútbol, aunque a lo mejor voy.

Entonces el timbre sonó y nos dirigimos a nuestra primera clase.

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⏰ Última actualización: Jun 28, 2016 ⏰

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