3 Parte

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Estoy en mi casa de nuevo, mi hermana otra vez está a mi lado.

Ella hace todo lo que hago o digo y a pesar de que está bien, me causa una gran extrañeza.

Algo está mal en ella.

Decido, mejor dicho, se me elimina ese pensamiento e inconscientemente subo las escaleras y me dirijo a la ventana donde dejé el celular hace quién sabe cuanto tiempo. No lo sé.
De forma mecánica elimino el mensaje que le envié a mi mamá. Ella no se encuentra en la casa, pero consigo de una forma su celular y también borro el mensaje que recibió.
No sé qué hago aquí o como llegué, solo tengo la certeza de que ellos nos dejaron estar con nuestras familias antes de que todo ocurra.
Supongo que hay una amenaza de por medio hacia nosotras. Algo nos hicieron.
No puedo reaccionar a como quiero hacerlo. Es como si mi cuerpo no fuera manejado por mí.

Existe una frase que se repite una y otra vez en mi cabeza.
No debemos decir nada. No debemos decir nada. No debemos decir nada.
Pánico se instala en mi organismo como algo intrínseco.

No debemos decir nada. Se sigue reproduciendo en mi mente.
Entiendo que nuestra familia no debe encontrar la manera de averiguar qué es lo que sucede con nosotras.
O con cualquiera de los demás que lamentablemente, está en esto con nosotras. Lo que tampoco van a saber y que nunca podran averiguar es que luego de un impreciso tiempo desapareceremos para siempre de sus vidas.
Cosa que ellos tampoco recordaran.

Nada las detendráDonde viven las historias. Descúbrelo ahora