Capitulo 3

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–El negro –contestó aburrida.
Y adormilada, porque esta es mi hora de dormir.
El pone una sonrisa triunfante, porque al fin logró que digiera mi color favorito.
– ¿Dónde vives? ¿Cuántos hermanos tienes, si es que tienes? ¿Cómo te apellidas?...
Le interrumpo –Eres un acosador, ¿para qué quieres saber todo eso?
Will hace una sonrisa medió tierna y medio burlona, mientras me guiña un ojo.
Espera, ¿que?
¿Will nos guiño un ojo?
¡Alto ahí loca! ¡No te alter..
suspiro ruidosamente.
Will hace una sonrisa triunfante.
¿Porque sigue sonriendo?
– Tengo curiosidad– dice Will acercándose.– quiero saber todo sobre ti.
Wowowow
– Adelante– Will empieza a abrir la boca.– Una pregunta a la vez.
La cierra desanimado, lo que provoca  que lance una risa.
– ¿Que es lo que te gusta hacer?– dice Will.
– Comer.
– ¿En serio?, de todas las cosas tenias que decir comer.. Eres única.– me mira fijamente a los ojos
Parpadea, ¡Te estás viendo rara!
¡Haz algo! Solo parpadea.
¿Porque no parpadeas?
...
¡No tanto! ¡Para!
Alguien máteme por favor.

Nota mental: los ojos de Will son azules cuando le da la luz.
Deja de hacer notas mentales, te ven como una retrasada
Nota mental: dejar de hacer notas mentales.

– Lo se.– digo rápidamente aunque en realidad pasaron 8 minutos.– y, ¿que hay sobre ti Will Huitron?

– Yo soy perfecto. ¿Que más puedo decir?– dice mientras pasa su mano por su cabello.

– No me hagas reír, nadie es perfecto ni siquiera tú chico lindo.– digo desafiante hasta que me doy cuenta que dije lindo.
Oh mierda. La cagaste.
Está abriendo la boca, ¡Va a decir algo!
– Si dices algo te parto tu madre. – me levanto de mi asiento y me voy lo más lejos posible de Will y me siento en la banca para caer en un sueño.

– Maddie.. despierta.. – siento piquetes en el cachete.
Lo que hace que sonría y se me caiga la baba.
– Ew que asco Maddie.
Esa voz, la conozco.
Es Will, idiota.
¿Will?
¡Will!

– ¡Eres irresistiblemente guapo!.– digo mientras despierto de mi trance y abro los ojos y volteo a ver a Will.
– ¿Lo dije en voz alta?.– pregunto asustada.
– ¿Que?.– dice Will mirándome confuso.
Calma la pelvis no te escucho.
aaa, ¿Que soy irresistiblemente guapo?. Si, pero tranquila tú no estás mal.– me sonríe mientras se aleja con una sonrisa burlona.

– Cállate, idiota. ¿Porque rayos me despertaste?– digo casi gritándole.

– Estaba aburrido, y faltan 10 minutos para salir.– dice sonriendo.
Niego con la cabeza.
– Tu vas a salir, yo tengo que quedarme otras 2 horas.– le digo bostezando.
– ehh, no en 10 minutos cumplimos 2 horas.– dice revisando su reloj
– ¿Y porque te quedaste?, ¿no se supone que tú no mas tienes 1 hora?.– le pregunto levantando una ceja.

Will se está poniendo nervioso, que tierno.
– Si, pero... ¿porque te tienes que quedar otra hora?– me pregunta cambiando de tema.
– Porque.. golpee a un chico y ahí estaba el profesor.– Will me mira curioso.

Will tenía el rostro más hermoso que yo hubiera visto jamás si ya lo confieso, cabello negro enredado y ojos como cristal azul, una boca carnosa y pestañas largas y pobladas, es como todos los chicos que leo en mis libros, aunque nunca hubiera imaginado que sea un... idiota.
Will se dio cuenta que lo mire embobada, porque su boca dejo de moverse.

Te estaba hablando tonta.
¿Maddie sigues ahí?– dice Will alegremente.
eehh si, si.
– Bueeeno, como te decía yo pienso que el infierno es rojo y lleno de lava, ¿Has jugado Minecraft? Bueno algo así como el mundo rojo que sale ahí.... su boca... sus ojos... sus labios.. espera, ¿Dijo que el infierno es rojo y llevo de lava?

Si
– Espera, en el infierno– le explicó.– el infierno es frío. Está cubierto de hielo.
Will se me queda mirando durante un largo instante.

– En cuanto a lo del infierno y su temperatura Maddie, deja que te de un consejo. El atractivo joven que te acompaña en esta aburrida clase de detención nunca se equivoca, incluso si digo que el cielo es lila y tiene picos.– dice Will.

Está completamente loco.
Vete de ahí.
Suelto una carcajada por mi comentario haciendo que me ría, después me imagino como me vería y me da más risa, haciendo que mueva las manos y la cabeza como loca.
Igualita a una licuadora.

Pasan algunos minutos y empiezo a calmarme, ya que no podía respirar.
Le sonrió a Will burlonamente mientras que Will hace una cara de.. ¿diversión?
Todos siempre se asustan o se van al ver mis ojos de vaca loca.
Esto es nuevo, tal vez se casen mañana.

La puerta se abre y entra la directora.
¡Esa vieja esta en todas partes!
– Escuche ruidos y se supone que deben estar callados y sentados. No tiradas en el piso Señorita Kohl. – dice la directora llamándome por mi apellido.

Estás en el suelo levántate.
Supongo que en mi sesión de risas debí caerme.
Me levanto y me siento.
– Señorito Huitron ya se puede ir.– le dice señalando la puerta
– No gracias, le hare compañía a Maddie.
Lo miro de reojo. La directora no muy satisfecha con su decisión.
– Si así lo desea. Limpiaran toda la cafetería.– y se va.
Maldita hija de...
¡Yo solo quería dormir!
– oh vamos, no es tan malo.– Will se levanta y me da la mano.
– Yo puedo sola.– le digo poniendo los ojos en blanco.
Caminamos hacia la cafetería mientras que Will va silbando una canción, con que no cante.
Llegamos a la cafetería y es un total desastre, no está tan mal, pero si está mal.
¿Qué pedo?
Trabalenguas con Maddie.

– ¡El pero día!.– digo levantando mis manos y después dejarlas caer.
Will hace una mueca y a continuación saca su celular y se empieza a escuchar, centuries de fall out boys.
– A trabajar se a dicho. – dice Will agarrando una escoba.
Después empieza a usar la escoba como una guitarra haciendo que sonría inmensamente.
Todo va bien, limpiamos y me reí a carcajadas de Will, hasta que empieza a cantar.

Uff.
Ayuda han pasado 10 horas y me duele el brazo, en realidad han pasado 30 minutos.
– Will, no puedo mas me muero.– digo haciendo enfoque en el me muero.
– Yo lo termino, tú ve a descansar.
GRACIAS A El ÁNGEL.
Nota mental:
Los chicos caballerosos aún existen.
– Me has dado un poco de esperanza en este día, gracias Will.– y después salgo caminando como borracha.
Esto no se acaba falta otra media hora de detención, me dirijo al salón tratando de verme lo más decente.
Como si eso fuera posible.
Llego y si, me duermo otra vez.

El chico de la ventana de la escuela Donde viven las historias. Descúbrelo ahora