Prólogo

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- ¿Estás bien?
- Sí.
- No te creo.
- ¿Por qué?
- Porque sonríes.
                             ..........

  Drogadictos, prostitutas, yonkis, ladrones, asesinos, vagabundos, pedofilos, pederastas, terroristas, y tú. Todos tienen algo en común, algo tan insignificante que a veces pasa hasta desapercibido. Se podría denominar como algo de gran belleza, algo que anima hasta a los menos agraciados; pero yo prefiero verlo como un peligro, un arma que todo ser humano posee.  Nos permite escondernos de nuestros verdaderos sentimientos, nos ayuda en aquellos momentos de silencios incómodos, arregla hasta las peores discusiones. Es verdad que todos la podemos utilizar, pero solo son unos pocos aquellos que la saben utilizar. Cuando un hombre, mujer, niño, niña o cualquier ser vivo la controla, es como si se convirtiera en un gran mago, el mejor de todos. Capaz de engañar a los que nos rodean, mentir hasta a nuestros seres más cercanos, esconder nuestros problemas, despreocupar a los demás sobre si te pasa algo. Y todo esto que parece tan complicado, tan imposible y difícil, se consigue con tan solo un gesto. Este gran poder sobrenatural, mágico, extraordinario. Esta gran temerosa arma, este espléndido truco de magia. Esto, se llama sonrisa.

       

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