Capítulo 3: Luz y Oscuridad

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Mis hermanas y yo nadamos sin rumbo con la esperanza de encontrar un lugar seguro, estábamos exhaustas pero no podíamos detenernos a descansar, los rayos del sol acariciaban suavemente la marea, parecía haber mucha tranquilidad en aquel arrecife pero era muy extraño de que no había señales de vida, era bastante solitario.

-Adagio, debemos descansar. Sonata esta exhausta.- dijo Aria ayudando a nuestra hermana a nadar. –De acuerdo, descansemos aquí por esta noche.- respondí con las aletas adoloridas.

Aria y Sonata se quedaron dormidas entre las algas, yo no podía dormir, debía cuidar de mis hermanas, era lo menos que podía hacer después de todo lo que pasó por mi culpa. Entre varios pensamientos todo cobró un nuevo rumbo, algo me pasaba, nunca había tenido tantos deseos de destruir en mi vida y pronto esos deseos se convirtieron en odio y rencor, estaba dispuesta a destruir a cualquiera que se metiera con nosotras. Solo recuerdo que después de ese día, no volví a mostrar un rostro gentil y amable.

Unas horas después, mientras todo estaba oscuro y en silencio, volví a escuchar las mismas melodías que escuchaba en casa por las noches, de no ser por ellas no me habría dado cuenta de la llegada del peligro y seguramente mis hermanas y yo estaríamos muertas o algo peor. Con actitud algo confiada, decidí ir a buscar el origen de aquellas melodías, no parecían estar muy lejos, así que dejé a mis hermanas para ir a buscarlas.

Las melodías me guiaron hasta una caverna donde una especié de luz brillante mantenía el lugar iluminado, era hermoso, la caverna tenía sus paredes llenas de cristales brillantes de todos los colores y podía sentir la presencia de alguien más. –Bienvenida Adagio Dazzle...- dijo una voz que venía desde las paredes. –Donde estas y como sabes mi nombre?- dije algo nerviosa pero sin titubear. –No te asustes, bienvenida a la caverna de las gemas. Te he estado observando Adagio, y a tus hermanas también. He visto todo lo que pasaron antes de llegar aquí. – Hablaba suavemente la voz mientras me mostraba a mis hermanas y a mí a través de una gema. –Cada gema que ves aquí le pertenece a cada habitante del océano, y cuando necesitan ayuda, su gema desprende de la pared y llama a su portador hasta este lugar...- Flotaron ante mí las gemas de mis hermanas y la mía. –hay una voz muy poderosa en tu interior Adagio, y esta gema hará salir lo que tienes en tu corazón, sea bueno o malo.- Me acerqué hasta mi gema y podía ver el reflejo de mis emociones y algo oscuro que había ahora en mi. Recordé la devastación de mi hogar y sonreí al pensar en la venganza que pensaba cobrar. –Estoy lista para hacerme cargo de mi gema- Dije firmemente mientras la gema se acercaba a mí.

Una luz muy brillante salía de mi gema y poco a poco se incrustaba en mí, el dolor era insoportable, pero luego recordé que lo valdría. Con mis deseos de aniquilar, la luz se convertía en humo verde y el dolor era más insoportable, no podía evitar gritar de dolor. Mis hermanas entraron a la caverna asustadas, parecía que me habían seguido en secreto. Entre lagrimas y gritos de dolor las miré y como pude empujé sus gemas hacía ellas, se podría decir que al momento en que toqué sus gemas, las envenené con odio y así sufrieron el mismo dolor y deseos de venganza.

Abrí los ojos lentamente, ya no estábamos en la caverna, parecía que había desaparecido después del cambio. Pronto nos dimos cuenta de que nuestra apariencia había cambiado, teníamos colmillos y aletas afiladas, parecíamos sirenas adultas, nos veíamos hermosas y mas con nuestras gemas incrustadas en nosotras.

-Que fue lo que pasó?- Dijo Sonata algo mareada. –No importa lo que haya pasado hermanas, ahora podremos cobrar venganza- dije soltando una pequeña risilla. Podía sentir algo en mi interior, una melodía que deseaba sacar. –Quien tiene ganas de cantar? – dije con tono engreído. –Sabes bien que no podemos hacerlo Adagio.– dijo Aria muy segura de sus palabras y con actitud amargada. –En serio?...- tomé aire y desde mi interior salió una hermosa melodía, que a pocos metros parecía afectar a otras criaturas. Me detuve y pude ver como los habitantes se empezaban agredir y a discutir entre ellos. Mis hermanas y yo quedamos asombradas, notamos que se desprendía de ellos aquel humo verde que habíamos visto antes. Poco a poco el humo se acercaba y parecía entrar en nuestras gemas haciendo que sintiéramos más energía y poder. –Que fue eso?- Dijo Sonata algo confundida. Sonreí y las miré con expresión maquiavélica. –Eso chicas, es nuestro pase al poder...-

The Dazzlings: Nuestra HistoriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora