Capitulo 3

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Suspiro y se dirigió de vuelta a la sala, donde pudo ver que Nadja ya estaba con su ropa, que ya se había secado, terminando de ponerse los guantes.

- Ah, Izayoi... - Le sonrió. – Gracias por todo. –

- ¿Te vas? – No pudo ocultar la decepción en su voz. –

- Si... Me tienen que andar buscando, y no quiero ponerte en peligro. –

- Oh vamos. – Sonrió. – Estoy metido en esto también, además ya te dije que-... -

Hubiera terminado perfectamente la frase de no haber sido por los disparos que se escucharon, seguido por el vidrio que se rompió, los habían encontrado.

- ¡¡Demonios!! –

- Ven, saldremos por detrás... -

- ¿Eh? – La chica le quedo mirando. –

- Saldremos por detrás, te digo... - Sin dudar le tomo la mano y comenzó a arrastrarla hacía el garaje que había atrás. – El garaje tiene dos salidas, saldremos por detrás... - Se sintió como la puerta se habría de sopetón. – Malditos... -

- ¿No los enfrentaras? – La chica le miro, algo sorprendida. – Pensé que te agradaba pelear... -

- Si... Pero no voy a ir a enfrentarme con más de 100 personas armadas... Al menos no sin un plan. –

- ... ¿tienes que llevarme contigo? –

- Nos persiguen a ambos, es igual si te dejo o no. –

No hubo más palabras, ella se dejó arrastrar, llegando al garaje, en donde se subieron en una motocicleta, era demasiado vergonzoso para ella sujetarse de él, pero en esas circunstancias no le quedaba de otra que hacerlo.

- ¡¡Hay están!! ¡¡Disparen!! –

Izayoi arranco justo a tiempo para evitar los disparos, pasando a través de la puerta, no había tiempo que perder.

- ¡Nadja! ¿Estás bien? –

- ¡Si! ¿Qué hacemos? – Un nuevo disparo se escuchó a sus espaldas, que Izayoi evito maniobrando. – Nos persiguen... -

- No nos dejaran ir tan fácilmente... -

- ... Déjame a mí, tú conduce... -

- ¿Qué harás, pequeña Nadja? – Una venita se marcó en sien de la chica. –

- Demostrarte que no soy tan pequeña ni indefensa... -

- ¿Eh? –

No pudo evitar voltear la mirada, viendo como la chica se daba vuelta sobre sí misma, quedando de espaldas a él, en una maniobra que pudo haberla hecho caer.

- ¡¿Qué haces?! –

- ¡Tú solo maneja! –

Ella saco las pistolas que llevaba en los porta objetos que llevaba a la cintura, dejando sorprendido al chico, no tenía ni una maldita idea que llevaba un arma y como si fuera simple, comenzó a disparar con asombrosa precisión.

Primer disparo a la rueda de un auto que les perseguía el cual perdió el control y se estrelló con otro auto, haciéndolos explotar. Segundo disparo a otro auto, pero esta vez al conductor, la bala atravesó el vidrio yendo a parar justo en la frente del conductor, el auto se desboco, volviendo a chocar contra otro y haciéndoles explotar.

¿Amor entre asesinos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora