Capitulo 4

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- ¿Se han despedido ya? – El jefe de la mafia levanto la mano, dando la señal de "listos" a sus hombres armados. – Se verán en el infierno, bastardos... -

- ... - Izayoi y Nadja se pusieron en guardia. – Confío en que puedas evitar las balas tan bien como en motocicleta. –

- Por supuesto, soy más rápido... - Sonrió orgulloso y ansioso. - ... Ten cuidado. –

- Cuídate. – Mencionaron a dúo. -

- ¡¡MATADLES!! –

Se sorprendieron de la sinceridad en las palabras del otro, de la preocupación en los orbes de su, ahora, compañero de batalla, y mientras danzaban entre las trayectorias de las balas, acercándose a sus objetivos, trataban de calmar sus corazones...

¿Acaso él/ella también siente algo por mí?

El filo de la espada danzo en el aire, desviando la muerte...

No quiero que le hagan daño...

La muerte se cernía lentamente sobre el dragón...

Quiero ver sus ojos después de esto...

La muerte se cerraba lentamente sobre la cabeza...

Quiero verle sonreír... No quiero verle triste...

La oscuridad acariciaba la mar...

¿Por qué mi corazón late tan fuerte? Solo por esa persona...

El sol se escondía, dando la espalda a la sangre...

¿Por qué?

La desesperación embarcaba al dragón...

¡No quiero perderle!

El dragón estaba muriendo, y solo la cabeza quedaba...

¿Por qué? ¿Por qué me siento así por él/ella?

El dragón decidió danzar un baile mortal. Y la luz del conocimiento ilumino a la muerte.

¡Porque le amo!

El jefe de la mafia, al ver a toda su fuerza de combate perecer frente a Izayoi y Nadja, había decidido matarse, si con ello conseguía llevarse a ellos consigo al infierno, estaría satisfecho, y mientras veía que se dirigían a él, había sacado un par de granadas, escondiéndolas para que ellos no se percataran cuando fueran a aniquilarle.

Para su desgracia y suerte de ambos, la explosión se llevó a cabo antes de que ellos estuvieran lo suficientemente cerca como para que fuera mortal, pero el impacto pillo desprevenido a la chica, la explosión la lanzo hacía el borde, alcanzando justo a sostenerse de la una sobresaliente de roca, para no caer, estaba agotada, no había comido en un buen rato, había hecho mucha actividad y su fuerza no le alcanzaba para salir de allí, pero más le sorprendió cuando sintió la mano de Izayoi sostener su muñeca.

- I-Izayoi... - Le quedo mirando. - ... Yo... -

- Tranquila... - Le sonrío, tratando de calmarla. – Te sacare de allí... -

Le había sonreído, le había dicho aquello, pero lo cierto era que su fuerza estaba al límite, también tenía hambre y no tenía mucha fuerza, vaya momento para estar agotado... Pero se resignaba a dejarla caer. ¡Eso jamás! No lo permitiría... No la perdería.

- Izayoi... Suéltame. –

- ¿Eh? ... ¡No digas locuras! –

- Suéltame... Estas agotado y yo también... Caeremos los dos a este ritmo. –

- ¡No lo haremos, te sacare de allí, te lo dije! –

- ¡No lo harás, suéltame! ¡No dejare que mueras conmigo! –

- ¡Cállate, maldición! ¡Ya te dije que te sacare! ¡No te dejare caer! – La desesperación y el enfado eran palpables en su voz. – No te dejare caer... No te perderé... -

- Izayoi... - Él lo intento, pero era inútil, ambos estaban agotados. Y ella lo entendía. Así que tomo una decisión. - ... Lo siento... -

- ¿Eh? – Sus miradas se cruzaron y él entendió que haría solo cuando vio su otra mano con una kunai. – No... -

- Lo siento, Izayoi... No puedo dejar que mueras conmigo. –

- ¡No hagas idiote-...! ¡Agh! –

La kunai se enterró en su mano, haciendo a su cuerpo reaccionar instantáneamente soltando a la chica, más su cuerpo reacciono también inmediatamente cuando la vio caer, lanzándose hacía ella. Cayendo ambos al precipicio.

- ¡¡¡¡Nadja!!!! -

- ¡Pero qué has hecho, idio-...! –

- ¡NO VOY A PERDERTE! – Sus brazos la acogieron entre ellos, acunándola. – Así tenga que morir contigo... No quiero quedarme sin ti. –

- I... Izayoi... -

Una pequeña lagrima resbalo por la mejilla de la chica, no sabía si era la desesperación o la emoción, pero solo se resignó a acurrucarse en la calidez del cuerpo de él... 

¿Amor entre asesinos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora