Mrs. Eaton

Capitulo 4.

Suspiré.

Sus ojos mieles me observaban desafíantes.

Todo había sido parte de mi imaginación, yo lo cree todo.

Mojé mis labios mientras observaba los suyos, carnosos y rosados.

Yosefin, no.

- Ross - Susurré, estaba cansada de esto, cansada de los celos, cansada de saber que entre él y yo, no podría suceder nada.

- ¿Si?- Dijo frío, con su dulce viz grave y con ese tono autoritario que tiene cuando se enoja.

Tome sus manos y las entrelazé con las mías, sentí ese frío por mi espina dorsal, ese que siento siempre que estoy con él, ese que me pone los nervios de punta, sin saber por qué.

- Solo... Vete - Él frunció el ceño y suspiró, soltó mis manos, se paró del suelo, tomó mi muñeca y de un jalón me puso de pie.

- Te recuerdo que estas en mi habitación - Dijo hablando entre dientes, si, en definitiva está molesto.

- ¡Bien! - Exclamé enojada, él no tiene derecho de enojarse por nada... Bueno, exceptuando la pintura en su cabello.- Me voy, yo.

En mi intento de pasar a su lado e irme, su mano llegó a mi brazo deteniendome justo a su lado.

No lo observé.

Su rostro estaba peligrosamente cerca de mi, no arruinaría cinco años de amistad, menos si es por caprichos míos.

- Yosefin - Su voz ronca y su aliento frío y menrolado chocó contra mi mejilla y mi oido haciendome suspirar.

Mierda, yo tan bien que me quiero portar y el tanto que me tienta.

- Ross - Susurre, su rostro se acercó mucho más a mi oreja y con su grave voz susurró.

- ¿Qué quieres de mi?

No tengo ni la menor idea de porque esa frase me hizo sentir tan vulnerable, pero así fue, mi ceño se frunció y mis ojos se cristalizaron.

Oh Ross, lo unico que quiero de tí, es lo que no puedo tener.

- Todo - Susurré volteando hacia él.

Su naríz y la mía rozandose.

Sus ojos y los míos peleando entre cual era más dominante.

Cinco años, cinco jodidos años enamorada de él, y ahora es cuando me digno a decirselo.

Ross suspiró, llevó una de aus manos a mi mejilla y la acarició, dejandome sentir su calido tacto en mi.

Se acercó y besó mi frente de la manera más delicada en la que alguien me ha tocado, y se quedó allí, sobre mi cabeza, con su barbilla sobre mi coronilla y sus manos sobre mi nuca.

Estubinos así unos cortos minutos que para mí fueron los mejores, en silencio, juntos y sin nada más en esa habitación que no seamos nosotros dos.

- ¿Qué más me pedirás? - Dijo con su voz tranquila y ronca - Si todo yo te pertenece.

No todo Ross, una parte de tí es de ella... Por ahora.

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Próximamente... Maratón.

Pasasence por INSTAGRAM y por FAME, porfa.

Recuerden; Me gusta y Comentar, no les quitará mucho tiempo.

Las Ama;

TLB √