Kay
Que broma con este bendito pueblo y su lluvia diaria, ya me tiene estresada. No pudo ser después, sino, justo cuando me estaba divirtiendo con mis patines.
Lo que me faltaba, estoy perdiendo el control de los patines por la lluvia.
¿Qué es eso ahí adelante? No logro ver bien, parece que es... ¡una persona!—Esquivo, resbalo y bruscamente caigo al suelo.
— ¡Ay, ay!—Exclamo en el suelo expresando dolor, siento tener raspones en todo el cuerpo. Observo mis extremidades sangrar, y noto que el golpe había sido muy fuerte. Además, estaba toda empapada por caer en un charco.
No siento mi aparato auditivo derecho, me desespero y busco a mí alrededor. Lo encuentro a poca distancia de mí en el borde de lo que parecía ser una alcantarilla. Extiendo mi mano, pero el aparato auditivo cae completamente a la alcantarilla
—Definitivamente odio este pueblo—Declaro molesta por la pérdida de mi aparato auditivo.
Me quito los patines y volteo con el propósito de saber quién era el responsable de mi caída y la perdida de mi aparato al atravesarse en mi camino en plena lluvia.
¿Ryan?
Se acerca a mí, me extiende su mano para que la sujete y me logre levantar
— ¿Viste como estoy por tu culpa?—Pregunto molesta y lo tomo de la mano—Perdí mi aparato por tu idiotez —Me suelta y caigo al charco de nuevo— ¿Qué rayos sucede contigo?—Digo molesta. Él se voltea y recoge unas telas que dejo más adelante— Idiota ¿a dónde crees que vas? Ven acá y ayúdame—Chapoteo el charco viendo que él piensa irse sin ayudarme—Él sigue caminando como si nada. Así que intento levantarme a pesar del dolor, agarro mis patines y voy detrás de él.
Comienza a acelerar su paso y no logro seguirlo del todo por el dolor que siento, y a pocos segundos lo pierdo de vista. La lluvia se vuelve más intensa y no tengo más remedio que colocarme bajo un toldo. Comienzo a sentir mucho frio y me cubro con mis brazos. Me siento en el suelo y deseo estar en casa, pues la lluvia no iba no parecía cesar y yo no sabía dónde fui a parar. Así que comienzo a llorar por todo lo que me estaba pasando.
Paso diez minutos sollozado y la puerta de la casa que esta frente a mí en la otra cera se abre y un niño rubio me hace seña de que vaya y entre. Seco mis lágrimas y me quedo en el mismo lugar por parecerme un poco extraño.
¿Debería hacerle caso e ir?
—Oye, ven—Dice dulcemente—Te vas a refriar ahí afuera
Creo que no hay peligro cuando se trata de un niño
— Debo cerrar la puerta, o la lluvia entrara a la casa—Insiste y me logra convencer. Así que me levanto y voy a la puerta de su casa. Sonríe, entro a su casa y cierra la puerta.
—Abuela, abuela—Sale corriendo a lo parecía ser la cocina—He rescatado a una linda princesa, pero ella está muy herida
— ¿Una princesa dices?—Pregunta riendo una voz de mujer— A ver y ¿dónde está esa princesa que debe ser atendida?
— Está en la sala, ven—Dice el niño. Y en momentos lo veo jalar a su abuela desde la cocina a la sala—Ahí está abuela—Su abuela se sorprende al verme
—Hola—Susurro
— ¿¡Por Dios, que te ocurrió?!—Exclama la señora viendo mis raspones del cuerpo
—Resbale con mis patines y me caí
—Ven, siéntate en el mueble—Se acerca y me ayuda a caminar hasta el mueble
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La Vida de la Ironía [#Wattys2016] [#WorldInfinity]
Teen Fiction© Todos los derechos reservados. Está totalmente prohibida la adaptación o copia de la novela. La vida de la ironía-Sueños hechos papel "Sí te esfuerzas lograras tus sueños". ¡Ja! Definitivamente la mentira más desmesurada que he podido creer. No...