Era una noche fría, como cualquier otra aquí. Monótona, gris, triste. Tenía la ventana ligeramente abierta para que el cuarto se ventilara. Una suave brisa hacía que mi piel se erizara, realmente, me gustaba esa sensación ya que era una temperatura estable. No tenía calor, más bien frío pero lo podía soportar.
Me miré al espejo y me quedé mirándome fijamente. Después de estar unos segundos de pie contemplando mi reflejo me acerqué a mi escritorio y me pensé durante unos segundos si sentarme o recoger la habitación, pero me decidí por sentarme.
Miré indeciso la pantalla del ordenador «No lo hagas Luke, vas a sentirte mal después.»
Posé una mano sobre el ratón y otra sobre el teclado, sin moverlas. Agaché la cabeza y cerré los ojos pero pronto volví a abrirlos y volví a mirar la pantalla del ordenador.
Abrí una página de Google Chrome y entré a Twitter donde ingresé con mi cuenta escribiendo mi user y mi contraseña @luke_is_a_penguin.
Tenía 13 notificaciones, hice clic para revisarlas y me encontré con justo lo que me esperaba, insultos.@jimmy84: Métete un tiro y acaba así con tus problemas, escoria.
@Jason_white: Marica. Das pena.
También había una foto mía en la que estaba mencionado y me habían pintado bigote, me habían puesto un pene y gafas.
Aquello era un gran infierno. No sabía que más podría hacer para que me dejaran en paz. Me humillaban, me insultaban, me pegaban y todo eso por ser diferente, por mi orientación sexual. Para mí era el infierno. Incluso había mentido a mi madre. Todos los días venía magullado del instituto, con golpes y heridas. Mi madre pensaba que yo me había apuntado a boxeo y que por eso solía venir con heridas, aún así eso le preocupaba pero sabía que no podía arriesgarme a que mi madre contactará con el centro educativo. Si el instituto se enteraba y regañaban a la gente que me hacía daño, ellos me harían sufrir más aún. Aquellas personas no tenían límites.
Sabía que por se gay sería rechazado, me mirarían mal, pero creo que el sufrimiento que aquellas personas me infringían sobrepasaba cualquier límite.
Habían sido numerosas las noches en las que había soñado con sentirme aceptado, adaptarme bien y dejar de una vez por todas ese sentimiento de culpabilidad por ser quien era.
Estaba acostumbrado a que nadie me quisiera, a que nadie le importara mi situación, a estar solo. No tenía absolutamente a nadie con quien que pudiera desahogarme ni hablarle sobre mis sentimientos. No era feliz.
Cogí una mochila negra y la tiré sobre la cama. Abrí los cajones nervioso, buscando entre las camisetas de bandas que tenía, buscando un sobre amarillo que se encontraba entre aquel desastre.
En ese sobre habían dos fajos de billetes. Cogí varios pantalones y camisetas y los metí en la mochila sin ningún tipo de orden, sin doblarlos, justo de la manera en la que los había sacado del cajón.
Me dirigí al escritorio y rebusqué entre una montaña de papeles un escrito. Doblé la carta y la metí en el sobre junto con algo de dinero.
Cerré la mochila y me la coloqué en la espalda.
Bajé las escaleras rápidamente y después me dirigí a la cocina. Coloqué el sobre en la nevera sostenido por un imán.Gracias por todo. Siento que no debo estar aquí, que no soy lo suficiente y no quiero que lo pases mal por mi culpa. Te quiero muchísimo.
Tienes algo de dinero, son mis ahorros. Sé que no es demasiado pero creo que te será útil.
-Luke xxTenía pensado irme. Irme lejos de este lugar para poder empezar de cero. Para que mi madre pudiese rehacer su vida sin tenerme a mí como molestia. Sólo quería que ella fuese feliz, porque era lo único que me importaba en esta vida. Era por lo que seguía vivo.
Corrí lo más rápido que pude para llegar a tiempo a la parada del autobús.
Cuando llegué el autobús estaba a punto de irse pero intenté comunicarle por señas al conductor que se parase. El conductor paró y le dije el destino al que me dirigía. Me dio el billete un poco arrugado y yo le di el respectivo dinero.
Me senté en el medio, cerca de la puerta trasera. Apoyé mi cabeza sobre el frío cristal, viendo las luces de las farolas y de los semáforos en la noche. Poco a poco sentía como mis párpados me pesaban más, hasta que se cerraron y caí rendido al sueño que llevaba encima. El autobús hizo una parada y después de un lago tiempo de relajación vi reflejado en el cristal a un hombre encapuchado, no podía ver su cara ya que iba muy tapado. El hombre se acercó a mí y se sentó a mi lado. Le miré de reojo. Tenía miedo, no sabía que pasaría ahora. ¿Qué haría ese hombre tan tapado a mi lado, cuando sólo éramos dos personas en el autobús y había sitio de sobra?
Éste sacó una navaja de su manga. El miedo se apoderó de mí y no sabía cómo reaccionar, iba a darle todo con tal de que no me hiciera daño pero estaba tan sumamente atemorizado que no podía ni moverme. Quería darle todo, pero iba muy lento y mis manos temblorosas me jugaron una mala pasada. El estrés del encapuchado aumentaba por momentos y sabía que si no reaccionaba me haría daño, hasta que fue demasiado tarde para reaccionar. Me clavó la navaja dos veces debajo del costado y cogió mi mochila. Abandonó rápidamente el autobús y salió corriendo. Cuando el conductor se percató de lo sucedido ya era demasiado tarde, no obstante, el conductor salió corriendo como alma que llevaba el diablo detrás del agresor para tratar de atraparle, pero el
sujeto era rápido, muy rápido. Estaba claro que no era la primera vez que robaba y agredía a alguien. A juzgar por sus reflejos y su sigilo debía pertenecer a algún tipo de banda.****************
Abrí los ojos y el sol me deslumbró en la cara. Me miré los brazos y tenía vías conectadas. Era una habitación blanca, con buena iluminación con múltiples máquinas alrededor. Claramente era la habitación de un hospital.
Miré hacia la derecha inspeccionando la habitación y encontré a mi madre durmiendo en un sillón.-Mamá. -dije susurrando, tratando de despertarla de manera tranquila.
Mi madre abrió los ojos y se acercó inmediato hacia mí. Me abrazó delicadamente y me dio un beso en la mejilla.
-¿Estás bien? Cielo. -me dijo en su precioso tono de voz. Dulce. Ella sabía cómo calmarme y cómo hacer me sintiera tranquilo.
-No lo sé. ¿Qué hago aquí? -pregunté acercándome un poco más a ella. Pero al moverme sentí un fuerte dolor en la zona del abdomen.
-Tenemos que hablar muchas cosas, pero a lo que iba. Ayer cuando te fuiste un desalmado le robó y te apuñaló en el abdomen.
La miré asombrado. Mi madre no era una mentirosa, de hecho, era una de las personas más sinceras que conocía, pero aun así, me costaba creer lo que me acababa de decir. Realmente no podía creerme que me pudiese haber pasado algo así.
Poco a poco, mi mente se abrió y empecé a recordar pequeños detalles. Pequeños detalles que fui juntando con en un puzzle y que después acabé resolviendo y recordando lo sucedido.-¿Me han robado todo? -pregunté deseando que la respuesta fuera un "no".
-Sí. -hizo una pausa para rebuscar dentro de su bolso- menos el móvil.
Sinceramente no me importaba en absoluto que me lo hubieran robado. Tenía el móvil para comunicarme únicamente con mi madre.
Tenía una notificación en Twitter.
Sabría que sería algún mensaje ofensivo, como el 90% de las veces. El 10% era spam.@michaelg_clifford: Que desgracia.
Había una imagen mía en la que salía en la camilla, cuando los auxiliares me estaban metiendo en la ambulancia.
Los comentarios de aquella foto era más de lo mismo.Jamás había recibido un tweet de aquel tal Michael, por eso, no pude contener la curiosidad de mirar su perfil.
Era un chico con una estética bastante punk. Miré sus fotos y me fijé en que en cada una tenía el pelo de un color. Ese chico de mayor se quedaría calvo. ¿Acaso no sabía lo malo que era teñirse tanto?Otra notificación de @michaelg_clifford
Era un mensaje directo.
@michaelg_clifford: ¿Estás bien?Hey!!!! Sé que tal vez este capítulo no haya sido muy entretenido pero va a ser importante para el desarrollo de próximos acontecimientos y para familiarizarse con Luke y con lo que representa su personaje.
