Elias durmió y ronco toda la noche. Las horas pasaron, hasta que el gallo Cláudio canto sus canciones que se hecha todas la mañanas. Era sábado 18 de octubre y la hora leía siete am.
"QUIQUIRIQUÍ"
"Como no te callas chingado pájaro de dos patas... Ya te escuche y ya voy a darte de comer," dijo Elias con un ojo medio abierto y sus manos en alto. Se levantó poniéndose una camisa vaquera de color rojo, un pantalón azul marino, sus botas de punta, y el sombrero tejano.
Alimento los animales y fue hacia el corral en donde se encontraba sus caballos, la bestia y celeste. La bestia era un caballo negro con mucha elegancia y Celeste es una yegua blanca y hermosa. Los acarició, le peino su pelo largo, los alimento y se fue. El tiempo cambio, la temperatura subió en la cual se le hizo raro a Elias.
"Ah caray... Algo no me late, estamos a la mitad de otoño y con esta calor..." se dijo a el mismo.
Sin perder tiempo, Elias corto madera para construir su cerca para su casa. La casa de el esta ubicada en los ranchos de la vecindad. Es la mas elegante de todos los ranchos con rosales de colores, una fuente en el centro en forma de ángel, y dos carros limpios. Empezó a sudar y se quito la camisa para no tener el cuerpo empapado. Trabajo y trabajo hasta sudar aun mas, se miraban las venas en sus brazos al igual que en su pecho.
De repente un coche se estaciona a la orilla de la casa. Elias deja el serrucho y la madera a un lado, volteando hacia el carro. La puerta del chofer se abre y salen dos piernas que le llamo la atención. Sale una muchacha con unos lentes de sol oscuros. Sorprendido, era Alma quien vino a ver lo.
"Hola Elias... Perdón por venir a estas horas..." dijo Alma acercándose hacia el. Al acercarse ella le dio la mano y puso sus manos en el pecho de Elias.
"Hay que bonito se siente hacer acariciado no lo crees. No te preocupes, nunca sera tarde para venir a visitarme... ¿Y por que vienes a verme?" el dijo mirándola a los ojos con la voz temblorosa.
"Me quede con la duda de lo que paso ayer cuando me agarraste de la mano al entregarme las pizzas."
"Ah eso... Es que yo siento algo por ti y mejor te lo digo. Ya no lo quiero seguir ocultando... Vamos a montar en caballo." respondió Elias.
Alma acepto, y los dos muy juntos caminaron hacia el establo. Miro los dos cabellos y le gusto el negro.
Ella diciéndole con alegría, "Hay que montar los dos en el negro..."
"Sale vale," Elias respondió. Se subió el primero y luego Alma se monto en frente de el. Elias la agarro de la cintura para que no se cayera y Alma recargo su cara al pecho de el.
De repente el cielo se pinta de negro, todas las plantas cambian a un color café. Neblina se forma dejando todo cubierto y el sol desaparece.
"Como se acuesta, se levantan... Que raro esta en Houston después del meteorito, nunca había ocurrido algo así... Mejor vámonos y ya luego venimos a montar." Elias le dijo a Alama muy preocupado mientras ella muy asustada.
El caballo los dirigió hacia la casa con mucho cuidado. Al llegar Alma le dio un beso en el cachete de Elias y se subió a su auto. El auto se alejo y desapareció en la neblina. Elias se fue al establo a dejar al caballo y fue a guardar la madera a la granja. Cargando pieza por pieza, se le hizo muy raro al ver el clima diferente y único. No sabia que estaba pasando o lo que estaba ocurriendo pero esperaba que Alma llegara a su casa sana y salva.
Después de dejar todo el material en la granja, el decidió arreglar el motor del Mustang. Su Mustang es un carro amarillo, con dos rayas negras que corren en el centro del auto, y las puertas que se abren horizontal. Agarro las piezas necesitadas y se metió para su casa. El tiene cinco cuartos y un cuarto secreto en la cual nadie sabe. El cuarto secreto esta debajo de un tapete, después un túnel de seis metros que llega hacia el cuarto. Caminando por el túnel largo y oscuro, saco la llave y abrió la puerta de hierro. Al entrar, empezó a arreglar las piezas del motor. Después de avanzar por dos horas decidió marcarle a Alma.
"Hola," dijo el.
"Hola, Eli," respondió ella
"¿Si llegaste a tu casa?"
"Si no te preocupes llegué desde hace rato. Gracias por preocuparte de mi... Te lo agradezco... Luego hablamos hay viene Carlos," ella le dijo colgando el celular a toda prisa.
Pasaron segundos , minutos, y horas hasta que Elias termino de armar las piezas necesitadas para el motor. Estaba muy cansado y el reloj leía las nueve pm. Decidió acostarse en el sillón de piel que estaba junto a la puerta. El sillón marrón estaba muy suave que le gano el sueño y le gano el sueño.
ESTÁS LEYENDO
Todo Por Ti
AdventureUn muchacho con tan solo diez y ocho años va en busca de las niñas desaparecidas en especial Alma. Un cuento misterioso con aventuras, romanticismo, y fantasía. ¿Encontrara a las niñas o fracasara?