Broock Johansson© [EDITANDO]

Capítulo 5

Sábado, sábado, sábado, sábado.

El camión de mudanza había llegado temprano. Ya renuncié a mi trabajo, porque ya no era necesario. El jefe muy bien no se lo tomo, pero recibí mi paga tal y como se debe.

Llegamos a la casa y los hombre empezaron a bajar mis cosas, y yo recogía las cajas que dejaban a un costado. Tomé la caja que contenía todas mis armas y la coloque donde sería mi habitación.

Hoy sería un día largo.

(...)

Mientras acomodaba las pocas cosas que tenía, miraba la mansión, era grande y salió demasiada costosa porque estaba amueblada.

La tarde había pasado rápido y había olvidado completamente de la fiesta. Busqué rápidamente la ropa que usaría; jeans negros apretados tiro alto, top blanco, chaqueta de cuero, y tacos altos.

Me duche, me maquille naturalmente, dejando mis labios de un color rojo pasión y deje mi cabello al natural.

Antes de salir, me miré por última vez en el espejo, y salí de mi casa montando mi Jeep Wrangler negra - tenia más autos pero mi hermano me los guardaba hasta que tuviera una casa decente-. Quede en recoger a Josh, ya que su auto se descompuso y estaba en el taller.

Llegamos y estacioné al lado de un Audi TT negro. Debia recordar donde estaciones, por si mi borrachera me lo impedia.

La fiesta era en un mansión grande, estaba repleta de adolescentes, y adultos. Algunos estaba devorándose las bocas, otros droganse, bailando, tomando y mucho más, esto era un completo descontrol.

Entramos y buscamos algo de beber, bailamos un buen rato hasta que nos cansamos y nos sentamos junto a unos idiotas que se creían filósofos y comenzaron a llorar.

─¿Porque lloras, hermano?─ Le hablo Josh, haciendo el intento de "reanimarlo".

─La caja de la pizza es cuadrada, la pizza es redonda y las porción es triangular.. Nada tiene sentido en esta vida..─ Continuo llorando. Josh me miro, tomo de mi mano y nos fuimos a otro parte de la casa. Seguimos bebiendo y bailando por un largo rato.

(...)

─Hmm.. maldito sol, porque saliste.─ Me quejaba porque los rayos daban en mi rostro, y me dolía la cabeza como mil demonios. Anoche habré perdido la noción y terminé con un impresionante resaca.

Iba a levantarme, pero un brazo rodeaba mi cintura y...

¿¡DE QUIEN ES ESTE BRAZO!?.

Me gire y era nada más ni nada menos, que el idiota de Ashton. Ahora si que no tenía ni la más mínima idea de lo que había hecho anoche.