La salvación de los mundos (Pausada)

Capitulo 7

Las cositas brillantes me hacían cosquillas por todas partes y ,yo , naturalmente ,reía y reía.
De repente ,estes me sueltan a varios metros de altura , caía tan rápido que el aire llenaba mi boca .
Y me derrunbé silenciosamente encima de  la copa de un árbol de abundante follaje y me desmallé.
Soñé con la niña loca de Greenfall, que me tiraba y que me propinaba unos fuertes golpes ,mientras me hablaba sobre un lugar maravilloso ,donde lo sobrenatural se hacía normal y  lo demás no importaba.
Paró de pegarme y con sus ojos amenazantes ,me dijo algo que no conseguí que se me quedara en la cabeza ,como lo que me dijo antes , solo que la anterior pequeña conversación me quedé con la idea principal, con el resumen. Como si hablara en un idioma que estaba destinado a eso , que el receptor escuchara pero no se entara del todo, como si fuera una forma de contar un secreto a gritos sin que nadie se enterara , pero poco efectivo. Una forma de hablar que no te dejara recopilar los detalles.
La niña me dió un sopapo y empezó a hablar, pero esta vez de manera que se entendiera.
-Oye , bastardo, tienes que encontrar a mis amigos, sino todos moriremos.
Y me alejaba , si , mientras Laura seguía hablando todo se veía borroso y lejano. Su cara tan bella , se defuminaba y desfiguraba  hasta quedar irreconocible y sin rostro.
Y abrí los ojos.
Un techo y cuatro grandes paredes verdes se distinguían entre mi mirada difuminada.
La vista se enfocó y ví unas gruesas cortinas moradas a los lados , que separaban unas camillas azules cielo de otras , debería de ser una enfermería.
Ensimismado estaba yo en el decorado de la habitación cuándo una figura entró con sobresalto. Le miré compungido, ¿quién sería? Lo único que divisaba era una densa melena negra.
Al percatarse de mi presencia la densa melena se volvió hacia mi ,convirtiéndose en una chica de más o menos mi edad. Podría parecer una mujer normal y corriente si sus ojos no fueran de un color rojizo - blanquecino , como si hubieran hechado unos pegotes de pintura roja en sus ojos , después le pusieran pintura blanca , la mezclaran , la dejaran secar para despues pintarle dos círculos negros en su centro.
Pero lo que más me extrañaba no era su color , sino su brillo, simplemente  no tenía.
Su denso pelo le llegaba a los pies y su gran volumen casi cubría por completo su fino cuerpo y su tez blanca carecía del brillo de aquellas personas de piel clara , que a la luz brillaban como la nieve , sino que al igual que sus ojos , el brillo no tenía lugar .
Después de un incómodo silencio la chica se tiró a mí dejándome otra vez hechado en la camilla.
Inmovilizado, se acercó a mi oído y me habló con la voz más hermosa y melodiosa del mundo.