CAPITULO 1 - 00

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Es mi primera novela, espero que sea de su agrado, por favor disculpen las faltas de ortografía. Disfruten y gracias por leer.



Las oleadas irrumpían contra las rocas con fuerza, sacándolo de sus pensamientos cada vez que intentaba recordar el porqué había terminado allí. La brisa que arrastraba las palmeras de un lado a otro, el ruido de la naturaleza, el bullicio de las personas provocado por el alcohol, la música, el ambiente... Todo aclamaba a gritos que este era su lugar pero de alguna u otra forma su persona no se sentía bien estando ahí. Se dice que tú transmites tu aura al lugar donde estés, pero al parecer este no es el caso.

Encendió su Harley dejando a un sinnúmero de personas detrás, una vez en la carretera mantuvo la misma velocidad hasta llegar al tercer semáforo. La autopista estaba poco habitada, raro para ser a media noche, -pensó. Al cabo de unos minutos sintió una motocicleta aproximarse a su costado, aceleraba constantemente, eso era para él normal, no tenía muchas ganas de correr, pero tampoco quería hacerle el desaire a su compañero. Al cambio de luces su oponente se adelantó, no sin antes decirle lo que pudo descifrar como: Cien dólares y regresamos... Al parecer el chico era nuevo en esto. Se colocó sus guantes y casco, sintió la adrenalina correr por todo su sistema corporal una vez aceleró su Harley, conocía este camino como la palma de su mano.

Cuando llegó al punto de partida, después de transcurrir unos minutos el chico apareció. Extendió su mano por su paga una vez vio al chico aproximarse, el ahora castaño se quedó mirándolo fijamente, después de unos segundos sacó un billete de cien y Arieck volvió a encender su Harley y se marchó.

Se detuvo un par de veces en el camino, por los semáforos, iba a velocidad constante mientras se dirigía a su destino.

_ ¿Dónde estabas? -esa voz era inconfundible, él podría reconocerla estando en un concierto de AC/DC con más de dos mil personas cantando Rock N Roll Train.

_ Como si te importara. -dijo, azotando la puerta tras suyo.

_ Soy tu madre, -se miraron fijamente- por lo menos debes avisarme dónde vas o a qué hora regresas.

_ Te recuerdo que es mi casa, si tanto te molesta puedes irte. -dijo mientras se dirigía escaleras arriba.

_ Sabes perfectamente porqué vine, -tomó su brazo y tiró de su cuerpo-, te dije que en unas semanas me marcho.

_ Perfecto. -dirigió su mirada a su agarre.

_ Date un baño, apestas a Jim Beam.

_ Jack Daniels. -le corrigió.

A veces podía ser hipócrita y descarada, pero era su madre, por más que deseara no ser de esa manera con ella, no podía perdonarla.

A las cuatro con quince minutos de la madrugada salió de la ducha, se vistió con algo cómodo y cayó rendido al instante.

Despertó temprano, puesto que ese día tenía clases y abominada llegar tarde.

_ Buen día, hay café recién hecho, ya me voy. -dijo la mujer al verlo.

_ ¿Podrías traerme un poco a la habitación? -preguntó mientras se dirigía al baño, la mujer asintió y desapareció escaleras abajo.

A pesar de lo que había hecho no se llevaba tan mal con ella, nunca le había preguntado el porqué lo había abandonado o mejor dicho el porqué los había abandonado a su padre y a él, y ahora después de la muerte de su padre había vuelto como si nada.

ARIECK. PAUSADA. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora