La vida es demasiado dura y nos gusta escapar de ella a través del entretenimiento y la belleza, y para escapar de esto nos gusta vernos al espejo y ver quien somos.
Pero uno siempre toma al reflejo como nadie, pero que pasaria si nadie fuera alguie...
—Pues... ya que lo preguntas...desde hace tiempo que quería decirte si podías hacer aquel platillo que te queda tan bien que se llamaba...
—Ariancini?..
—Si!, lo harás?- Dice Felipe de manera persuasiva
—Llegaras antes de la cena?
—Si tengo suerte si, pero con tal volver a probarlo me escaparía como sea
—Ok..., mejor te dejo, no puedo dejar a alicia sola por mucho tiempo
—Bien, pe...— Corto la llamada antes de que sacara un nuevo tema y sujeto el carro de super para comprar lo necesario
—Bien... lo primero que tengo que comprar es queso parmesano— Bajo el brazo hacia la derecha y agarro un queso y una barra de mantequilla para añadirlo al carrito.
Camino por el largo pasillo del supermercado y me detengo sujetando una tapa de huevo lanzandolos al carrito como si fueran almohadas sin el miedo de que se puedan romper, paso al siguiente pasillo y comienzo a lanzar comida chatarra desenfrenada mente como si el conejo del cereal me manipulara.
—Esto solo es para el desayuno..., falta arroz— Sujeto una bolsa de arroz y la lanzo al carrito.
—Un poco de azafrán... de ese tengo en la casa, a pagar- Me subo a la barandilla del carrito y comienzo a impulsarme con la pierna derecha avanzando por todo un pasillo como una niña de 6 años hasta que vi que una anciana se quedaba mirándome extrañada.
—Que!?, le resulta mas raro ver a alguien jugando con el carrito que una anciana a punto de probarse un bikini?— Al escuchar mi comentario deja el bikini colgado en un mostrador yéndose a la vez que volteaba a mirarme aun extrañada.
—Algunas no maduran...
—La escuche!!-— Muevo el carrito hacia adelante llevándolo a la caja y coloco las cosas en el mostrador
—Serán 8 con 99, tiene tarjeta de descuentos de mayor de edad?
—Me ves cara de vieja!?
—Tengo que responder?...
—No tengo tarjeta de descuentos...- Saco de mi billetera un billete de 10 dolares y se lo doy al cajera con cara de ¨Odio mi vida¨.
Abre la caja registradora y saca 1 dolar sin ni siquiera haberme preguntado si quería redondear dejándome como una envidiosa. Sujeto las bolsas en el que ya habían colocado lo que había comprado.
Salgo del super con las bolsas en mano y al ver la hora de mi reloj en el brazo derecho me dispongo a tomar un atajo pasando por un callejón cercano.
—Así me ahorrare más tiempo, pero tengo que llamar a Alicia, para saber como se encuentra— Meto la mano en mi bolso y saco de el mi celular chocando con el cordel y haciéndolo caer a un charco cercano salpicando de agua mis piernas.
—Joder!! Lo que me faltaba!— Redoblo las rodillas y bajo mi mano para sujetar el celular, mas sin embargo antes de poder sujetarlo del charco sale una mano de tez pálida con algas entre los dedos y me aprieta la muñeca jalandome hacia abajo dejándome adentrar en un profundo lago con nulas formas de respirar.
Trato de voltear hacia los lados buscando a quien me sujetado trayéndome aquí, lo único que logro mirar es el tenue brillo de la superficie.
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Empiezo a dar pataleos para ser capaz de nadar hasta ella.
El aire se esta acabando...
Saco mi mano derecha para sostenerme de una raíz de árbol que se encontraba expuesta, y empujo contra la tierra para sacarme del lago.
Al por fin estar en la superficie coloco mi cabeza hacia abajo apoyada por mis piernas y mis brazos, me doy un gran respiro y al sentir mucho viento levanto la mirada viéndome envuelta de muchas paredes altas con entradas de callejones.
-Que es este lugar?...- Me pregunto mirando desesperadamente hacia todos lados, al voltear a ver hacia atrás veo como el lago del cual salí ah desaparecido dejando en su lugar una gran fuente con agua clara en su funcionamiento y a su lado aun se encontraba el árbol del que me había sujetado.
—Genial... para que gastar 100 dolares en un celular si se te va a perder, lo peor es que no conozco este lugar— Avanzo hacia el frente y topo con una pared que me guiaba por dos caminos, derecha e izquierda, miro hacia los dos lados buscando que alguno de ellos no me llevara a una simple pared con alguna otra vuelta, mas sin embargo ambas terminaban en una simple pared por lo cual me decidí en tomar la izquierda ya que fue la primera que se me vino a mi mente.
Al dar vuelta al final del camino, este cierra con un pequeño barandal negándome el regreso
Al no poder regresar, mire hacia adelante viendo enredaderas arraigadas a las paredes y con el suelo hecho de espejo.
