VII

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Se trataba de una pequeña caja con un papel que decía «106/19113121» firmado con una estética 'K'.

—Ábrela —le indicó Nick curioso.

Jennifer la abrió y dentro había una llave pequeña y otra llave como las de las habitaciones, aunque sin número.

—¿Qué es esto? —preguntó a cualquiera que tuviera alguna idea.

—La única habitación de la que no encontramos la llave fue la 106 —habló su padre luego de unos segundos.

—Eso debe significar este número entonces —dijo señalando el número '106' en el papel en la tapa—. Pero ¿el resto de los números?

—O la llave más pequeña —comentó Nick.

—No lo sé, pero vayamos a ver si esta llave pertenece a la habitación 106 —propuso esta vez Walter.

Jennifer cerró la caja y se dirigió a las escaleras del hall, subió apresuradamente y se encaminó hacia la misteriosa habitación. Ella disfrutaba mucho de los momentos en los que podía dejarse llevar por su curiosidad. Sin embargo, al llegar a la puerta se encontró con que, además de la cerradura de la puerta, esta tenía un candado. 

—Mierda. Me había olvidado del candado —exclamó frustrada.

—Prueba con la llave pequeña —habló esta vez su abuelo, a lo que el rostro de su nieta se iluminó.

Tomó la pequeña llave y esta entró perfectamente en el candado, la giró y este se abrió. Sonrió triunfante y metió esta vez la llave normal en la cerradura. Al girarla, la puerta se entreabrió.

Walter agarró a Jennifer del brazo y sacó su revólver. Abrió la puerta lentamente provocando el chillido de las bisagras, y entró en el cuarto con cautela. Podría haber un monstruo allí, o incluso una persona. Sin embargo, al entrar, lo único que encontraron fue unas bebidas vencidas en el mini-refri y algunos artículos de higiene en el baño; guardaron todo en sus bolsas. Abrieron el clóset, esperando encontrar algo que sí fuera interesante, pero este estaba vacío, mostrando un póster de vampiros pegado en el fondo.

—Bueno, se equivocaron de ser, ¡pero casi! —intentó bromear Nick, recibiendo una risa de su hermana y un reto de su madre.

Era uno de esos chistes típicos de Nick, esos que el siempre hacía sobre las tragedias que lo aquejaban; esto lo ayudaba a desdramatizarlas. Lo raro fue que jamás uno de sus chistes le había dejado un sabor tan amargo como esa vez.

Todos fueron saliendo del cuarto, un poco (por no decir muy) decepcionados. Pero Jennifer y Nick no salieron, no creían que pudiera haber sido tanto misterio sólo para eso. Nick empezó a revolver las camas y Jennifer volvió a abrir el closet y observó por unos segundos al querido Drácula, y fue entonces cuando notó que este tenía una 'K' dibujada en el pecho, similar a la que estaba en la tapa de la caja. Rasgó el borde del póster intentando despegarlo con desespero, deseando que fuera real su loca idea.

Tomó la esquina del póster y lo arrancó soltando un grito de alegría —que hizo que el resto de su familia se acercara a ver qué pasaba— al ver que tenía razón: el armario tenía un fondo falso, y detrás de este se encontraba una caja fuerte. 

—Nunca creí que diría esto —dijo Nick a su hermana— pero eres una genio —completó observando perplejo el misterio recién descubierto, al igual que el resto de la familia parada detrás de Jenny observando la caja dentro del trasfondo del armario.

Pero con este misterio descubierto, comenzaba uno nuevo: abrir la caja. Jennifer, finalmente salió de su estado de asombro (sacando también a los demás) y tomó la pesada caja para apoyarla en el suelo.

THE ENDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora