Al otro día desperté asustado pensando en tal aberración que había visto la noche anterior, fui al colegio normalmente y ya había llegado la primera clase, yo estaba en las nubes pensando en Slenderman y si se me aparecía de nuevo que hacer.
Yo pensaba que cuándo fuera a la chancha hoy traer un cuchillo para, de alguna forma, matarlo o por lo menos herirlo.
Llegó la hora de ir de nuevo a la chancha y llevar el cuchillo, jugué y transpiré mucho, después de más o menos media hora ya apareció, yo con toda la valentía y confianza tomé el cuchillo, lo levanté y dije
-Este será tu final- grite con una sonrisa psicópata.
