¿No lo entiendes? Te quiero...

Es una pena que yo no quiera seguir manteniendo esa promesa... Cap.17

Y de un momento a otro, sin apenas darme cuenta, y con sólo escuchar esas simples palabras de mi salvador, miles de recuerdos inundaron mi mente... y no sé cuando, pero cerré los ojos.

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Mamá y papá me han llevado a un bonito parque hoy. Mi hermanita no quiso venir, dijo que no le apetecía jugar hoy... Eso me puso muy triste... Creo que es mi culpa que no quiera jugar, pero mamá y papá me han dicho que no y me han prometido que si no seguía triste me comprarían un helado de dos bolas y por eso ya no estoy tan triste. Me encanta el helado... Y además mamá me dejó vestirme de princesa, ella siempre dice que las princesas no se ponen tristes nunca así que no me podría poner triste mientras usaba ese disfraz.

Cuando me dieron mi helado, después de llegar al parque, empecé a correr hacia los columpios. Me encanta comer helado mientras me balanceo en el columpio.

Apenas había probado mi riquísimo helado cuando una pelota roja chocó contra mi y hizo con que el helado se cayera encima de mi vestido. Empecé a llorar aunque mamá me hubiera dicho que con el disfraz de princesa no me podía poner triste. Me estropearon el helado y me ensuciaron el vestido, no podía evitar ponerme triste.

El niño que me tiró la pelota ni pidió perdón, eso me enfadó mucho, y cuando me puse a buscar a mamá y a papá no los encontré por ninguna parte, eso hizo que llorara más. No me gusta que me vean llorar así que me escondí debajo del tobogán, donde no me vieran. Pero parece que me equivoqué porque un niño rubio, de ojos azules se acercó a mi sin que me diera cuenta.

Niño: Hola!-dijo con una sonrisa- No llores más... Está mal que una princesa llore, una princesa siempre tiene que estar feliz, no llorar. Eso me lo ha enseñado mi mamá, así que no llores más.
Niña: Es que no encuentro a mi mamá ni a mi papá y un niño tonto me ha tirado una pelota mientras comía un helado y me estropeó el helado y ensució el vestido- dije aún llorando y bajando la cabeza para que él no viera que estaba llorando.

Niño: Te ayudaré a buscar a tus papás y le puedo pedir a mi mamá que nos compre un helado a cada uno, ella nunca me dice que no cuando le pido helado- dijo y me abrazó.

Niña: ¿En serio harías eso?

Niño: ¡Sí! Ahora somos amigos y haré lo que sea para que su Majestad deje de llorar - dijo con una sonrisa en la cara. Eso me hizo reír. - ¿Serás mi mejor amiga ahora?

Niña: ¡Síí! - dije levantando mi dedo meñique. Él levantó el suyo y lo entrelazó con el mío - Amigos por siempre jamás.

El niño repitió mis palabras y terminó diciendo:

Niño: Me llamo James, aunque mi mamá me llama Jamie.

Niña: Te llamaré Jybo, me gusta ese nombre para ti. Yo me llamo Jenny.

Niño: Si tu me llamas Jybo, yo te voy a llamar Jenny-Jo

Nos reímos y empezamos a buscar a mis papás juntos...

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Cuando volví a abrir los ojos me hallaba acostada en un banco de parque, cubierta por un abrigo largo cuyo olor se me hace muy familiar y con la cabeza apoyada en las piernas de alguien que me acariciaba el pelo y me miraba como si quisiera memorizar cada parte de mi cara.

Yo también le miré de la misma forma, aunque no me hacía falta. Conocía de memoria cada detalle de ese rostro, cada matiz de esos ojos azules , los oyuelos que salen en esa cara al sonreír, en suave tacto de ese pelo rubio. Incluso sabía de memoria cada tatuaje que tiene, cual es su estado de ánimo con sólo oír su voz, lo conocía entero de memoria... Conocía de memoria detalle de ese chico que me habia salvado una vez más desde que se acercó a mi en este mismo parque mientras lloraba por mi vestido de princesa sucio, por mi helado estropeado y por mis padres desaparecidos...