Capítulo I

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Riley, se estuvo mudando constantemente desde los 13 años por sus padres y a ella, a diferencia de otras personas, realmente no le molestaba mudarse, pues, considerando que era una persona que disfrutaba de la soledad, no establecía lazos estrechos con ninguna de las personas con las que convivió.

Durante su infancia y parte de la adolescencia, realmente nunca tuvo un hobbie, practicaba deporte según lo que pudieran pagar sus padres, e iba cambiando cada tanto la forma de matar su tiempo según iban surgiendo las modas en su entorno.

Por ejemplo, hubo una etapa en la que su mundo eran los artistas, se dedicaba a aprender e investigar cada detalle de sus vidas, después, estuvo la etapa en la que las redes sociales eran su vida, dedicaba más de 3 horas en la computadora, luego vino su etapa de los libros, devoraba libros cada mes, después de eso, su etapa masoquista y melancólica, en la que veía las cosas de una forma dolorosa y constantemente triste, tenía imágenes de autoflagelación por montones, demasiadas frases oscuramente inspiradoras y una perspectiva siniestra de la cosas.

Sin embargo, en toda su vida, solo tuvo 3 fijaciones, que aunque son actualmente populares y nunca las desarrolló ni externó como tal, son características que la hacían comúnmente diferente en Georgia.

La primera, que fue la que se manifestó a una edad temprana, fue la música, al principio, solo escuchaba lo que era popular en el mundo y la salsa que escuchaba su padre cuando chica, después, a la edad de 12, 13 años, empezó a moldar su propio punto de vista acerca de la vida y cómo debía vivirla, y se encontró a sí misma en el rock y en las canciones de la época de sus padres.

La segunda, sucedió durante su infancia, más o menos a la edad de 7 años, en la que empezó a escribir cuentos para niños como ella, soñando con ser publicada algún día y sacando siempre buenas calificaciones en la clase de español. Fue un rasgo que la marcó durante un tiempo, pues más adelante, se dedicó a escribir su vida en relatos, pero dejó atrás su sueño de querer ser publicada y el "talento" que tuvo para la literatura se lo reservaba para ella, pues no le gustaba que la idolatraran con lo que escribía.

La tercera, surgió, justamente en toda esta etapa de las redes sociales, cuando veía a chicas con una cámara en su manos frente a su ojo derecho listas para tomar una foto; tenía guardadas en su computadora, muchísimas fotos de diferentes chicas posando de la misma forma, paisajes urbanos y arte tomada por cámaras profesionales.

Empezó a tomar fotos "profesionales" cuando obtuvo su primer celular, y ahí emprendió su colección de fotos de todos los lugares en los que vivió.

Todo esto ocurrió desde los 3 o 4 años aproximadamente, y siguió así hasta los 15, donde se adueñó de su forma de pensar, de su estilo de vida, de sus decisiones, de sus opiniones y lo más importante la forma en la que miraba la vida.

En los siguientes tres años, se reservó de amistades y de novios, para enfocarse en la fotografía y en terminar la preparatoria, de la mejor forma que pudiera.

Después de Navidad, ella y sus padres se mudaron a Balton Hill, un pueblo ubicado en Georgia, en el que, como en todos los pueblos, las personas conocen a todas las personas, y aunque algún tiempo se pudo considerar como un pueblo inexistente y sin importancia, se establecieron ahí unas cuantas familias ricas que dieron a conocer el nombre del pueblo en los alrededores.

Una de las ricas familias que se asentaron en el pueblo, fue la familia Ainsworth, cuyo prestigio era reconocido entre las personas por el hecho de que donaba una cantidad de dinero a distintos locales del pueblo para sustentar su subsidio.

Darren Ainsworth, era la cabeza de la familia, padre de Adam, Curtis y Christopher Ainsworth y esposo de Dona Ainsworth. Los Ainsworth eran una familia no tan unida, pero que de todos modos mantenía la comunicación.

Adam y Curtis habían dejado su hogar ya hace algunos años, y el único hijo que quedó fue Christopher.

Christopher, era un chico, como la mayoría, centrado en los deportes, su pasión era el basquetball, y a diferencia de Riley, su realidad era la misma que la de sus padres, en la que, sí, era amable y humilde, pero si tú no lo creías así, era totalmente lo opuesto.

Christopher era rico, tenía una vida perfecta, una beca deportiva, no había mucho que contar al respecto, todos sabían todo de él, nunca cometió ningún delito, iba a fiestas y tomaba pero nunca se emborrachaba, era popular y un gran chico, o eso era al menos lo que dejaba ver.

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