Riley era una chica alta pelirroja, de una piel clara, labios un poco gruesos y rosados y unos ojos verdes muy lindos, por lo general llevaba el cabello suelto y largo. En el momento en el que empezó esta parte de su vida tenía 19 años, aún no iba a la universidad por dos razones. Una, no sabía que estudiar y dos, decidió tomarse unas vacaciones indefinidas de la escuela. Para no quedarse en su casa encerrada todo el tiempo, trabajaba en la panadería del pueblo ganando un salario más o menos justo pero suficiente para abastecer sus necesidades.
Llevaba dos meses viviendo en Balton Hill y ya se había acostumbrado. En el pueblo la conocían como "La chica de Rojo", pues a pesar de que sabían su nombre no hablaba mucho y con casi nadie, así que la forma más fácil de recordarla era de esa forma
Christopher tenía 21 años cuando conoció a Riley, iba a la universidad con una beca deportiva, estudiaba finanzas y los fines de semana salía a alguna fiesta para despejarse de todo lo demás.
Él era alto, de piel clara, cabello castaño, cejas pobladas, ojos pequeños y sus labios formaban una línea recta, él era bastante atractivo.
Febrero
Riley, se paró a las 7 de la mañana para ir a trabajar y empezar a preparar los panes que se vendían a las 9. Se puso una camiseta gris con bolsillo, unos pantalones, unos flats y un delantal amarrado a la cintura. Se amarró el cabello, se lavó la cara y bajó a desayunar con sus padres.
Ellos la recibieron con una sonrisa y unos huevos revueltos y un vaso de leche, después de terminar, se lavó los dientes y se despidió de sus padres para ir a trabajar.
Riley vivía en una casa modesta, no era una mansión pero tampoco una casa muy pequeña, tenía buen tamaño y una linda fachada.
Llegando al trabajo, dio una pequeña sonrisa a las personas que ya habían llegado y empezó a hacer una mezcla para los brownies que se vendían en la tienda.
Los brownies estuvieron listos para las 9, y tan pronto como se abrió la tienda se vendió todo el pan. Riley siguió con sus tareas y a eso de las 11, Jerald, el dueño de la panadería, le pidió a Riley que fuera a comprar un par de suministros para panadería en lo que llegaba la mercancía, pues últimamente la panadería vendió mucho más pan y estaba por quedarse sin mercancía para terminar el día.
Riley tomó la lista que le dejó junto a su mesa de trabajo y se dirigió hacia la tienda más cercana. Tomó un carrito y lo empezó a llenar con todo lo que pedía la lista.
Cuando llegó a la caja, entró un muchacho alto, de piel clara, cabello castaño y cejas pobladas con playera blanca, pantalones y botas, ella se fijó en el por un momento y él le dirigió una pequeña sonrisa a lo que Riley se volteó.
El muchacho se adentró a la tienda buscando leche, mientras Riley tomaba las bolsas, debido a su contenido estaban pesadas, pero de todas formas las cargó y salió de la tienda. Cuando el muchacho llegó a la caja le preguntó al cajero por la chica.
-Buenos días Bern.- le dedicó una sonrisa
-Buenos días Chris, ¿esto es lo único?
-Sí, oye, ¿Quién era esa chica de cabello rojo?
-¿Ella?, no sé bien, llegó al pueblo hace un par de meses, le dicen "La chica de Rojo".
-Nunca la visto.
-Bueno, es Chris, mi amigo, no has estado aquí durante meses. ¿Cómo te va en la escuela?
-Bien, gracias, oye, ¿qué tal si dejamos ésta platica para otro día?
-Claro, anda ve.
Chris salió de la tienda y alcanzó a Riley.
-Hola, oye¿ necesitas ayuda?
-No, gracias.
-¿Segura?, eso se ve pesado.
Riley se quedó callada y dejó las bolsas en el suelo para que Chris las recogiera.
-¿A dónde llevas las bolsas?
-A la panadería del pueblo.
-Bueno vamos.
Chris tomó las bolsas, se dio media vuelta y empezó a caminar.
-¿A dónde vas?- preguntó Riley
-A mi coche, ¿vienes?
-Mmm
-Ven
-Sí, no creo que sea buena idea.
-¿Por qué?
-No nos conocemos.
-Está bien.
Regresó a donde Riley y dejó las bolsas en el suelo. Chris le extendió la mano
-Mi nombre es Christopher Ainsworth, pero dime Chris.
Riley estrechó su mano.
-Ahora, ¿podemos ir a mi coche?
Riley asintió y lo acompañó a su coche, Chris metió las cosas en la cajuela y se metieron al auto.
-Entonces, "Chica de Rojo" ¿Cuál es tu verdadero nombre?- preguntó Chris
-¿"Chica de Rojo"?
-Sí, así te conocen en el pueblo.
-Mmm, soy Riley Allen.
-Un gusto. ¿Cuánto llevas aquí?
-Un par de meses, no mucho.
-Ya, y ¿te ha gustado el pueblo?
-Es agradable.
-Agradable... eso es bueno.
Riley se volteó y le dedicó una pequeña sonrisa. Llegaron a la panadería y Chris la ayudó a bajar las cosas.
-Bueno "Chica de Rojo", espero verte de nuevo.- Extendió su mano y le guiñó un ojo.
Riley estrechó de nuevo su mano.
-Gracias.
Y entró a la panadería.
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1...2...3...Smile
RomanceUna historia que puede parecer un cliché, no lo es, podría decir el final o podrían leerlo, y aunque el principio parezca de lo más típico, recuerda que es solo el principio de un final, que podría resultar en tragedia o felicidad, podría también no...