Capítulo 3

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Clare se levantó al día siguiente sin ganas de nada. Le tocaba a primera hora literatura y poesía y en esa clase no se hablaba con nadie.
Al llegar a la clase se sentó en la última fila sin atender mucho a lo que decía el profesor y empezó un nuevo libro que había llevado a clase.
-Clare.-Dijo el profesor molesto. Clare no le escuchó y el profesor se fue acercando hasta quedar enfrente de ella.
-Clare.-Repitió el profesor.
Clare levantó la cabeza y al ver al profesor por instinto cerro el libro y lo escondió debajo de la mesa.
-¿Eres consciente de que el libro no es invisible? Dámelo.-Dijo el profesor tendiendo su mano.
Clare se lo dio no muy convencida.
-¿Poesía eh?-Dijo mirando el libro de Clare. Y ella asintió con la cabeza.
El profesor abrió el libro por una página que tenía marcada con un posit.
-Comentemos este poema.-Dijo sentandose en la silla de al lado de Clare. Toda la clase estaba mirando en su dirección y esto le ponía muy nerviosa a Clare .
-Venga Clare,lee.-Dijo entregándole el libro.
-No se puede prever. Sucede siempre
cuando menos lo esperas. Puede pasar que vayas
por la calle, deprisa, porque se te hace tarde
para echar una carta en correos, o que
te encuentres en tu casa por la noche, leyendo
un libro que no acaba de convencerte; puede
acontecer también que sea verano
y que te hayas sentado en la terraza
de una cafetería, o que sea invierno y llueva
y te duelan los huesos; que estés triste o cansado,
que tengas treinta años o que tengas sesenta.
Resulta imprevisible. Nunca sabes
cuándo ni cómo ocurrirá.
Transcurre
tu vida igual que ayer, común y cotidiana.
"Un día más", te dices. Y de pronto,
se desata una luz poderosísima
en tu interior, y dejas de ser el hombre que eras
hace sólo un momento. El mundo, ahora,
es para ti distinto. Se dilata
mágicamente el tiempo, como en aquellos días
tan largos de la infancia, y respiras al margen
de su oscuro fluir y de su daño.
Praderas del presente, por las que vagas libre
de cuidados y culpas. Una acuidad insólita
te habita el ser: todo está claro, todo
ocupa su lugar, todo coincide, y tú,
sin lucha, lo comprendes.
Tal vez dura
un instante el milagro; después las cosas vuelven
a ser como eran antes de que esa luz te diera
tanta verdad, tanta misericordia.
Mas te sientes conforme, limpio, feliz, salvado,
lleno de gratitud. Y cantas, cantas.-Acabo Clare tenía las mejillas sonrojadas y seguía nerviosa porque todo el mundo la miraba ahora.
-Eloy Sanchez Rosillo es muy grande ¿No creéis? -Dijo el profesor.
Sonó el timbre que indicaba que había terminado la clase. Clare cogió el libro y salió corriendo de la clase.
Dos horas después abrió su casillero y se encontró una nota.
Eh os libré de un castigo a cambió no intentes saber quien soy. Ya lo sabrás. Me gusta cuando te sonrojas,te ves bonita. Me gustó el poema que leíste. ¿Sabes es uno de mis favoritos? Te quería dejar un libro pero no te cabe en el casillero. Está debajo de las gradas del campo de fútbol. P
Clare a la hora del recreo fue a por el libro que le había dicho P y ahí estaba. Lo guardó en su mochila.

El chico de las cartas. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora