Esta es la historia de un carajito que estaba en plena etapa de la pubertad, estaba haciéndose sus primeras pallaringas, cuando querías buscar números romanos la barra de búsqueda se le llenaba de porno su querido techo negro de estrellitas ha sido pintado blanco, las letras del teclado son pegostosas y el monitor también pero lo que no entendía era por que coño no le salian pelo en las bolas, el sabia que era ladillosos, picaban, se enredaban y todo eso pero los quería tener por que lo hacia sentirse un macho ya que era medio marisco, voz de gallina cojia, estaba esquelético y no quería hacer ejercicio por que sudaba mucho, era patisimo pues, todos sus amigos se la metían.
Pero todo eso cambio un día...