Mira, el otro día tenía muchísimas ganas de verte, y en parte me esperaba lo que iba a pasar, y si te soy sincero en principio tenía pensada la opción contraria a la que finalmente elegí. Fue una decisión que tenía que tomar muy rápido, o que en ese momento así me pareció, y me entró el puto miedo, como es costumbre.
Elegí lo que no quería por miedo a quedarme solo como me pasa siempre, por miedo a no acabar bien contigo, cosa que no me gustaría lo más mínimo pero que con mi suerte acaba pasando.
Sin embargo, minutos después de ese momento, salí en bus de vuelta a mi casa, y algo raro en mi, no me puse los auriculares durante la hora de viaje. Mi cabeza no me dejaba escuchar otra cosa que no fuesen las voces internas que me gritaban: "Gilipollas, qué has hecho, qué acabas de hacer, después de todo el puto tiempo que llevas luchando ahora lo echas todo por la borda, y por qué, por culpa del puto miedo que tú siempre has evitado. ¿Pero no ves lo bien que estarías con alguien como ella? ¿Con ella? Bien, bien eh, así luego te quejas."
No podía dejar de rondarme la idea de que había elegido mal, de que siempre me había enfrentado al miedo y las inseguridades, y ahora que por fin podía vencerlas con alguien que verdaderamente merece la pena, no lo hice. Comencé a imaginarme, una vez más, pero esta vez más clara, todo lo que podría pasar contigo, con la persona más especial que había encontrado nunca, la única que teniendo mi edad era más inteligente que otra cualquiera de un par de años más, y lo más importante, la única que podía quererme de verdad, cosa que nunca me había pasado, y hacía falta.
Después casi exploto en furia, no dejaba de escribir y borrar en nuestro chat, diciendo que no elegí correctamente, pero sabiendo a la vez que ya no había vuelta atrás.
No sé por qué he escrito esto ahora mismo, seguramente para desahogarme y no "rallarme" más, pero sinceramente me da muchísima vergüenza estar así en este momento, y que seguramente esto lo leerás pero no influirá en nada, ya es demasiado tarde. Debes pensar que soy gilipollas, porque lo soy, pero no hice bien en desaprovechar a lo mejor que tenía en años, y eso me está doliendo muchísimo.
Yo qué sé, aún sueño con que algún día pronto nos veamos y te robe el primer beso, que te de todo lo bueno que te mereces, que te haga completamente feliz, y que desde ahí emprendamos un camino adelante, juntos... Y que absolutamente nada pudiese pararnos, porque ambos necesitábamos algo así desde hace mucho tiempo, pero más lo necesitábamos entre nosotros dos.
Sinceramente, el otro día me comporté como un gilipollas, en general. No me gustó nada como me comporté con nada, ese es mi problema, me critico mucho, y necesito que alguien me haga verme algo mejor, y que me haga saber que se me puede querer.
Pensarás que no he podido cambiar tan rápido de opinión, pero es que el pensar en haberte hecho daño, por mucho que ya lo tuvieses asumido, me ha abierto los ojos y me ha dejado las cosas claras.
Siento que me dejo cosas por decir, pero puede ser un principio de decir mucho más.