Capítulo 2

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Esperaba levantarme como siempre después de venir a una fiesta. con miles de mensajes de Tayler disculpándose por dejarme sola. Pero no, desperté más bien el bosque.

Pero había algo que no cuadraba.no era el mismo bosque de ayer, este bosque era más diferente en este no se podía caminar bien a diferencia del parque donde ocurrió la fiesta. este era sumamente más grande, estoy segura que aquí se podría construir una ciudad entera.

Comencé a buscar en mi bolsillo derecho mi celular luego de varios segundo después de buscar y no encontrar nada me di cuenta que gracias Tayler lo había dejado en mi casa.

Comencé a caminar en dirección contraria a la que me encontraba, si me quedaba aquí a esperar que alguien me encontrara moriría del miedo. no me gustaba estar sola, odiaba estar en un lugar donde no había nadie con quien entablar una conversación, o que le pasara algo a mi madre mientras yo no estaba. esa era una de las razones más importante de el porqué no me había ido de la casa de ella. aunque había veces en las que le pagaba a mi vecina para que cuidara de ella mientras yo no estaba.

Un aullido hizo que volviera a la realidad, el aullido de un lobo. Aquel animal hizo que yo retrocediera automáticamente dos pasos. debía mantener la calma ya había tratado con un perro con rabia, con un lobo no sería diferente.

El lobo me miró atentamente con sus ojos amarillos.

-¡Tranquilo perrito!, perdón ¡lobito!-Traté de calmar al animal, lo único que pude ver fue sus dientes antes de echarme a correr.

En lo único en que pensaba era en salvar mi vida. Estaba segura que si miraba hacia atrás iba a perder la fuerza en mis piernas y el lobo acabaría con mi vida. Podía escuchar el aullido del animal cada vez más cerca de mi aún no sabia como había lobos en river hills aunque no estoy del todo segura de que aun me encuentre en mi pueblo. Todo es culpa de ese maldito jugo de naranja tal vez le echaron algún tipo de droga y unos bromistas decidieron cambiarme de bosque. La tercera temporada de three moons of jace, tal vez no este viva para poder leer ni siquiera un párrafo de tan majestuoso y excelente libro.

Volviendo a la realidad, ya me dolían las piernas de tanto correr el lobo había desaparecido. A lo lejos pude visualizar unas pequeñas casas, al final el maratón que había corrido había servido para algo. Necesitaba beber agua o me desmalla ría aquí mismo. Me acerqué a una de las casas que me quedaba más cerca.

Toqué la puerta.

Luego de un minuto aproximadamente una señora canosa me atendió.

-Hola, lamento molestar. Es que me estoy muriendo de la sed, ¿me podría regalar un poco de agua? Se lo agradecería mucho.-dije, en vez de brindar me una sonrisa encantadora sus ojos se pusieron color amarillo como los del lobo junto con una sonrisa perturbadora.

-Me van a dar mucho por este aperitivo.-Fue lo último que escuché antes de que todo se volviera oscuridad.

(...)

Esta vez sentí que había despertado más cómoda y no me había equivocado. Los rayos del sol que al parecer entraba por una ventana impactaron en mi cara haciendo que me restregara la cara con las manos bruscamente.
Las paredes de la habitación estaban pintadas de rojo, las sabanas y hasta las cortinas también de rojo. Quizás solamente conocían ese color porque tenían una falta de creatividad grandisima. Tal vez había alucinado todo lo del bosque y lo de la señora. Seguramente bebí tanto alcohol anoche que me fui con algún chico lo significa que había sucedido algo anoche.

Me levante corriendo de la cama.
Casi me caigo por mis torpes pasos. Me acerque a la puerta e intente abrirla.

-Esta cerrada.-Murmuré, me acerque otra vez corriendo pero a la ventana.

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