Y abrí los ojos

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Durante el rato en el que me desmayé tuve un encuentro con mi abuela, Sandra, en el que paseabamos a lo largo de un lago y en que ella me decía:<<Que nadie te haga daño, se más fuerte que tu abuela>>...esas palabras hicieron huella en mi corazón destrozado.Sabía que todo era un sueño en el que mi cerebro intentaba que me alegrara un poco, para que todo lo malo se esfumara y me dejara libre.
Empecé a escuchar un sonido que retumbaba en toda mi mente, algo que no paraba de hacerme sentirme en un malestar que no podía cambiar.Comencé por abrir los ojos lentamente para poder averiguar aquel tormento, al principio no veía muy claro pero derrepente los ojos dejaron de ver nublado, y pude ver al doctor, con su bata blanca, sus gafas y con poco pelo, hablando con mi hermano, aquella persona que te apoya siempre y que nunca se separa de tu lado.Él era mi héroe, el hombre de mi vida...se llamaba Tobias,un hombre de 28 años rubio con los ojos del mismo color que los míos, marrones.
Siempre hemos estado muy unidos, porque desde que mis padres murieron en aquel avión cuando yo tenía, tan solo, unos 5 añitos...no nos hemos separado en ningún momento y siempre nos hemos querido como si fuera el último día.
En cuanto abrí los ojos, mi hermano y el doctor, se acercaron a ver como me encontraba.Me dijeron que sólo había sido un mareo que mi mente creo para salir de aquella situación y que habían encontrado a los encapuchados con el coche quemado y con droga en un descampado a 124km de la ciudad.
Me quedé un poco pálida al saber que no podría recuperar el coche que tanto me costó ganar, tras trabajar de peluquera durante dos años.Pero me centré más en mi salud y me tranquilice un poco para que las pulsaciones de mi corazón no se aceleraran.
Cuando me dieron el alta un día después, mi hermano me llevó a mi apartamento en su coche (era un coche antiguo de los años ochenta, negro y con unos bonitos acabados en plata).Durante el camino hablamos sobre que iba a ser de mi, eso mismo me preguntaba yo que iba a ser de mi, de mi vida,de mi trabajo...después de esta tragedia.
Mientras que hablábamos y llegabamos, pude ver un cúmulo de gente en la entrada de mi apartamento.No tenía ni idea de porqué esas personas se encontraban allí y empecé a ponerme un poco nerviosa, pensando lo peor que podía pasar y lo que nunca querría que pasara.
Conforme llegabamos poco a poco pude ir viendo aún más cosas, entre las cuales vi(un poco borroso) a los agentes que estuvieron la otra vez cuando pasó lo de mi coche.Lentamente baje la cabeza,no quería ni imaginarme lo que me depararía al llegar a aquel lugar que ya no sentía como mi hogar, en aquel momento, sino como el infierno con esa gama de colores vibrantes, de colores rojos, naranjas, amarillos...
Cerré los ojos y me puse a pensar.

Cierra tus ojos marronesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora