Frases para tus ídolos II

La distancia

La distancia.
Habláis de la distancia cómo una dichosa moda, como hablar de los pantalones de cintura alta o las coronas de flores. Habláis sin saber lo que es amar a distancia y sí, amar. Habláis como si pudieras hablar de la distancia sin que un nudo en tu garganta se forme o una lágrima recorra tu mejilla seguida de unas cuantas más. No hablo de una "amistad" de días a 100 kilómetros. Hablo de tener a una persona que amas de verdad a unos cientos de kilómetros, incluso con un mar de por medio. Hablo de que un día te venga con un "me voy" y no es que no quieras, es que no puedes asimilarlo, no puedes asimilar que tal vez sea el último abrazo, el último beso, la última vez que sus ojos se encuentren con los tuyos. Hablo de que el último día a su lado llegue y pretendas estar bien, como un día cualquiera hasta que...no aguanta, las lágrimas salen sin control y te derrumbas, caes en un pozo sin fondo, no puedes controlar las ganas y lo abrazas prometiendote a ti misma que no vas a soltarle. Y entonces llega, llega el momento en el que tienes que soltarle para dejarle marchar, para siempre quizás. Os prometeis una y otra vez que ese no será el fin, que habrá otro abrazo, otro beso, otra mirada...os prometeis cosas que ambos sabéis que sólo se dicen para intentar curar la herida y deje de sangrar, sabéis que es el fin.
Pasa el tiempo y ya te has mentido, dices que lo has superado pero sabes que sólo te mientes, solo has dejado estancado ese gran dolor en una parte oscura y sabes que en algú momento saldrá, de nuevo.
Las risas y los abrazos se han convertido en mensajes y emoticonos. Las quedadas en llamadas. En las miradas se ha colado una pantalla de por medio. Ahora las noches son oscuras, los sonrisas están dominadas por lágrimas y has cambiado, ya no eres estás completa.
Por todo el dolor que siento y las ganas de rendirme, por eso estoy hasta las narices de que la moda de ahora sea "la distancia". Como si todos fueran tan fuertes y valientes de embarcarse en el viaje lleno de tormentas a su espera sin saber exactamente si volverá. Sin saber si tus brazos volverán a unirse con los de la otra persona. Sin saber si volverás a estar completa.