Resentimiento.

19 5 5
                                    


Me costaba absolutamente todo, desde tragar.. respirar, vivir. Cuando me dijeron lo que pasaba literalmente se me cayó el alma a los pies, ojalá jamás lo hubieran dicho.

-Ja- Usaron mi sobrenombre fundado por ellos, y me tomaron de las manos. -Lo que pasa es que te estamos protegiendo de gente, gente que no tiene intenciones buenas.- 

-No entiendo nada de que me están hablando- Fruncí las cejas.

-Nena- Mi mamá me acarició el pelo. -Hay gente muy preparada y entrenada que te están buscando, para torturarte y hasta tal vez matarte.- Miró el suelo.

De todas las cosas posibles que me podría haber imaginado, esta estaba sin duda en el grupo de las inimaginables. Tenía muchas dudas en mi cabeza que tengo que resolver.

-¿Qué,pero por qué?-Se me tropezaban las palabras.

-No importa por qué, lo que necesitas saber es que estás en peligro constante, ahora ya no tanto, por que piensan que estás muerta. Pero nada nos garantiza nada- Habló mi papá.

-No termino de entender que tengo de malo para que quieran hacerme eso, necesito respuestas.-Me levanté.

-Jade, no necesitas saber más nada, solamente vas a seguir con tu entrenamiento.- 

-No pueden dejarme así como así.- Reproché.

-Sí, podemos. No preguntes más por favor.- Mi papá se fue a la cocina.

-¿Qué culpa tenía Matías de todo esto?-Las lágrimas se galoparon otra vez en mis ojos.

-No tiene ningún tipo de culpa, solamente no queremos que te relaciones con nadie- La dureza de mi mamá me daba escalofríos

-¿Por qué?- Respondí cortante.

-Porque todas las personas incluso aunque no estén involucradas, lo estarán y no porque ellos te vayan a hacer mal a vos, si no que vos les vas a hacer mal a ellos Jade, el que te busca es una persona en especial, además de que tiene varios espías por todas partes del mundo. Me refiero a que si te quieren dañar a vos, van a empezar por los que mas querés..- Se acercó y me secó una lágrima. 

Subí a mi habitación medio llorando, medio enojada. 

¿Qué carajo había hecho de mi vida como para merecer esto? Solamente quería que Matias esté bien, y mis amigos también. Y si eso conlleva a no acercarme a nadie más nunca , entonces lo haría. No quería que nadie salga lastimado, mucho menos por culpa mía. 

 4 Años Después 

Abrí los ojos, duro y cortante. La luz de la mañana me volvía a cegar otra vez de las tantas e irrepetibles veces que me olvidaba la cortina abierta. 

Me vestí como habitualmente lo hacía , me até el pelo dejando algunos mechones por ahí sueltos, y me miré en el espejo. 

Era un hecho habitual en mi meditar mi imagen por varios minutos en el espejo, pero no era para nada egoísmo, observaba que no se notara ni un poco las armas y cuchillos que llevaba bajo mi ropa. 

Aunque admito que cada tanto observaba mis ojos, que mucha gente sugiere que es la parte mas bella y linda de mi cuerpo , y yo también lo considero así. Mis ojos eran según mi mamá ''Sus joyas más preciadas'' eran de un color azul, un poco celeste, un poco cielo, y sus variantes. 

Muchos me decían que tenía una mirada penetrante y fría, pero nunca lo tomé del todo así. 

Terminando con mis pensamientos bajé las escaleras y dos personas me tiraron papeles de colores en la cara, combinado con un ''Feliz Cumpleaños'' eran mis padres, sonrientes y con una torta en la mano. 

Sonreí bastante a la fuerza y pronuncié un 'gracias' mientras los abrazaba. 

Y si, la verdad es que estos últimos años no habían causado gran emoción e impacto en mi, y mucho menos lo causaría un cumpleaños. Otro recordatorio de que mi miserable vida había comenzado el 4 de Julio. 

Aunque para ser sincera, ya nada causaba emoción, ya que.. mis deseos de seguir alguna carrera que tenga que ver con medicina se quedó plasmada como cosa del pasado. 

Todos mis sueños, metas, relaciones, TODO, se fue al tacho de basura cuando decidí apartarme de todo lo que me rodeaba, excepto de mis padres porque claro.. ellos eran los únicos que sabían acerca de mi situación, además de las personas que estaban atrás de esto. 

Todos estos días eran simplemente despertarme, entrenar, salir de vez en cuando, estar atenta de absolutamente todo y volverme una completa paranoica de hasta el aire mismo. Mucho de esto se los debía a mis padres, porque llegué a pensar que hasta la muerte podría haber sido una mejor opción que vivir así.

Y para ser sinceros. ¿Quién preferiría vivir así? porque yo no, prefiero estar muerta. Lástima que eso no sucede y no tengo el valor para terminar yo misma con mi vida, mientras tanto sigo 'sobreviviendo' a lo que me toca. 

La sonrisa que tenía cuando era más chica, se esfumó, las ilusiones, se esfumaron, los sueños también. Y podría estar 99.99% Segura de que todo lo bueno en mi se había esfumado también. 

Pasar por esto me hizo darme cuenta de todo lo que no había visto antes, y tenía en frente de mis ojos. 

Desde una pizza con amigos, hasta un beso bajo la lluvia con Matías. Todo eso que veía como algo que iba a poder tener a menudo, ya no lo tenía más, y todo pronosticaba que no lo tendría jamás. 

Si se preguntan que pasó con migo respecto a los entrenamientos, llegué a la 'meta' y a mis 21 años me sabía cosas que ningún policía de criminalistica sabría en 10 años de carrera.

En todos estos años había aprendido a defenderme a la perfección misma, detectar posibles sospechosos, desaparecer sin que nadie me viera, disparar, inyectar, pelear, luchar, taekwondo, boxeo, etc.. Pero no me sirven para nada.

No me sirven para nada, porque simplemente no quería estar bien ni protegerme, lo único que quería era encontrar a Matias.. Recuperar todo aquello que estaba perdido, y lo lograría con o sin la aprobación de mis padres.

Jade.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora