Capitulo 3

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—Buenos Días dormilona.

—Hola Aron.

Ya había salido el sol, era una mañana refrescante, Aron estaba sentado en el piso, se levantó y abrió la ventana y miro a Helena que seguía durmiendo.

«Veo que ella es una floja y no se esforzara por despertarse temprano en vacaciones, tal vez si...».

Aron salto a la cama de Helena provocando que Helena salga volando al suelo, despertando de golpe.

—¿!Aron que haces aquí!?

—Tu mama me dejo pasar.

—Mi mamá la pagara después.

—No importa vamos a jugar afuera Te espero en el portón pero no te tardes.

Me vestí tan rápido como pude, como el calor del lugar era muy fuerte, opte por una blusa y falda, salí de la casa, Aron estaba esperando afuera, el vestía un pantalón corto blanco y una playera polo azul.

La mañana era maravillosa, el viento del campo era increíble, solo que no era campo en si, era un lugar retirado cerda de la playa, no sé si se considere campo ya que no había nada que se relacionara con vacas, cultivos o vaqueros, siendo sincera no tengo idea de lo que hay en el campo.

—Rápido vamos —Aron se veía impaciente por mostrarme algo, yo solo le seguía el juego, además se veía interesante.

Le dije que iba lo más rápido que podía, corrimos por un camino que se desprendía de la casa de él, tenía un arco de ramas como entrada, por el camino de tierra, se veían toda clase de flores y plantas que no había visto antes.

Después de cansarme tratando de seguirlo, me detuve, él se dio cuenta e hizo como si él también se hubiera cansado, aunque en el fondo sabía que estaba actuando.

Tan pronto como recupere el aliente, volvimos a seguir el camino pero esta vez me esmere en no desfallecerme en el camino, no tenía muy buena condición física y nunca me gusto hacer ejercicio, con decirte que cuando tenía que ir a clases de deportes en el colegio, el profesor tomaba asistencia en el salón y cuando terminaba nos dirigíamos hacia el gimnasio pero mientras caminábamos todos, aprovechaba y daba vuelta por otro pasillo, y así fue siempre me volaba las clases.

—Ya casi llegamos.

Me alegre de esa corta frase, se veía una especie de casa del árbol de lejos, ya cuando llegamos la pude examinar más de cerca, era una casa del árbol sostenido entre tres troncos gruesos, aunque la casa en si estaba pintaba para camuflagearla, era algo innatural en el lugar por lo cual era chistoso lo fácil que se identificaba.

Aron se puso entre los tres árboles que servían de columnas, y debieron ser elegidos con mucho cuidado, los tres arboles formaban un triángulo.

Mientras subía pude ver que había una escalera de cuerda entre los tres arboles justo en el medio, pero supongo que el viento la habrá atorado en las ramas, era común los vientos frescos en el lugar, me relajaba con la tranquilidad y ese hermosos olor a hierba mojada por el roció.

—En el suelo hay dos ganchos, amarra la cuerda de la escalera ahí y después sube —Aron jalo la escalera lográndola desenredar de las ramas.

La amarre y subí, la casa era grande tenía que decirlo, se veía un pequeño escritorio, un librero con varios libros entre ellos varios de ciencia ficción y comics de superhéroes, reconocía algunos. Había tres sillones pufs en el suelo, además de una radio que funcionaba con pilas.

—Impresionante —dije con total sinceridad, se había esmerado en hacer su propia caverna de hombre, aunque resultaba infantil los carritos y demás juguetes que estaban por todo el lugar— ¿Te gustan las muñecas?

Si la Vida me Diera un Segundo para Vivir (PREVIEW)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora