Capítulo 8

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"Todo tiene un principio"


"Uno de vosotros os ha vendido"

(5 horas antes.)

3.30AM: Se escuchan unos pasos por la casa de los chicos, casi todos estaban ya dormidos, excepto Maxi, que estaba finalizando de fumar su cigarrillo, ya dispuesto a encamarse. Según se dirigía a su dormitorio vio una sombra en la puerta del dormitorio de Yaiza, como Maximiliano duerme en el sofá se ocultó ahí haciéndose el dormido,se abrió la puerta y Maxi vio a una mujer con el pelo corto, con flequillo y de color rojo, la misma chica que media hora antes había visto por la ventana. Tras darse de que era ella fue directo a retenerla, la intuición de la mujer hizo que sacase el cloroformo que llevaba oculto en la gabardina y sin apenas moverse, de espaldas,justo cuando parecía que Maxi le iba a atacar, expulsó la sustancia e hizo que Maxi cayese redondo al suelo, propiciándole un golpe en la cabeza.

8:30AM: Bajo la almohada, todos los chicos recibieron la misma nota: "Uno de vosotros os ha vendido"

La recibieron todos excepto Yaiza, la cual hizo creer a todos que sí.

Los chicos, como de costumbre fueron a desayunar, pero esta vez, el desayuno fue muy diferente.'

-¿Se puede saber de qué va esto?- Dijo Leo, posando la nota en la mesa.

-Nos ha llegado a todos listo. - recriminó Izan.

-¡Sí, nos ha llegado a todos así que alguien explique esto ya!- Mintió Yaiza,


Tras la pequeña discusión nadie dijo ninguna palabra en el desayuno,todos sospechaban unos de otros. Una vez finalizado el desayuno cada uno fue a una zona de la casa meditando lo sucedido.

Yaiza,se metió al baño con su nota la cual decía:

"Si quieres volver a ver con vida a tu hermano, sigue los siguientes pasos:

Dirígete a Piazza San Pietro cuando caiga el sol, lleva junto a ti, el negativo que tiene Maxi, ven sola, te estamos vigilando.

L.R"

Cada vez que leía esa nota, Yaiza se quedaba pálida, pero no le quedaba otra opción era un negativo sin valor alguno para ella o la vida de su hermano...


Dejando a un lado todos estos acontecimientos en los que se han visto involucrados los chicos, los agentes enviados por El Viejo a Italia para vengar la muerte del primer investigador, Márquez, continuaban con su informe.

Como cada semana los investigadores debían reunirse en un punto exacto para juntar todas sus informaciones.

Comenzó Cristina Medina a contar sus avances:

-Chicos yo he conseguido hablar con Ernesto Cuesta, me ha costado bastante ya que es una persona muy cerrada pero lo único que saco de él es que es muy frío y calculador.

-¿Y ya está? ¿Solamente eso? ¿Qué clase de investigación es esa?- Recriminó Hugo.

-Por supuesto que no, pero lo que os voy a decir puede que no os lo creáis e incluso me toméis por loca pero...

-¡Dilo ya!- Se impacientó Jesús.

-Tengo algo más que una sospecha de que Márquez está vivo, anoche escuché hablar a Ernesto con uno de sus secuaces, un torturador, le dijo que quería a Márquez vivo pero sufriendo.

-No me lo puedo creer, hay que hacer algo, hay que descubrir dónde está.- dijeron ambos.

Los investigadores estuvieron un rato recordando a Márquez, lo recordaban como una de los personas más inteligentes que conocían, siempre se salía con la suya, gracias a él estaban ahí, era su jefe, pero además su amigo, él les metió en la banda del Viejo.

Era el turno de Hugo Almansa:

-Hugo, ¿quieres contarnos de una vez por todas qué chantaje te hizo Ramón Salgado? ¿qué pasó realmente con tus padres Hugo? ¿Por qué me hiciste secuestrar a Maxi, a tu hermano, el otro día? Llevamos 9 años trabajando juntos y nunca nos lo has contado.- explotó Cristina.

-Está bien, además creo que la muerte de mis padres está relacionada con estás investigaciones: Cuando nacimos a mi hermano y a mi nos implantaron una especie de gen para combatir varias enfermedades.

-¿Como una especie de inmunidad?- preguntó Jesús.

-Exacto, pero no me interrumpas más, en ambos partos estaba el mismo médico, el Doctor Norman Smith y junto a él Ramón Salgado, yo en el parto de mi hermano estuve presente y por aquel entonces no sabía que Ramón Salgado era quién es ahora, un militar sin escrúpulos. Mis padres y él eran muy amigos, sobre todo mi padre, mi madre en los partos no sabía lo que nos estaban haciendo, pero con el paso de los años mi madre empezó a descubrir ciertas cosas de Ramón, sus chanchullos, sus intenciones... Lo que jamás se habría imaginado es que mi padre junto a él, formase parte de sus planes. Una noche como otra cualquiera mis padres empezaron a discutir en la cocina, yo estaba en el salón escuchando los gritos, mi madre había encontrado unos papeles en los que se veía por la atrocidad que tuvo que pasar en el parto, descubrió lo de la inmunidad, pero eso no era lo peor, al fin y al cabo si lo miras bien ser inmune no es malo, lo peor es lo que querían hacernos por ser inmunes, cuando mi madre dijo que iba a ir al cuartel, Ramón entró por la puerta trasera de la cocina y la disparó, la confianza era tal que hasta tenía llaves de nuestra casa, mi padre le dio las gracias a Ramón por matarla, yo en ese momento tenía muchísimo miedo y no sabía que pasaba, así que entré en la cocina, cogí un cuchillo y apuñalé a mi padre por la espalda, sé que no tuve que reaccionar así pero lo peor no fue eso, Ramón me apuntaba con la pistola y me dijo que hiciera creer a Maxi que maté yo a los dos o me pegaría un tiro, en ese momento se oía al pequeño Maxi bajar corriendo por las escaleras y a Ramón Salgado huir con los papeles por la puerta trasera, mi hermano se puso a llorar, no me dejaba ni acercarme a él, se lo llevaron a un centro de acogida y a mí a un reformatorio, con el tiempo ambos escapamos de los dos sitios, y jamás le volví a ver, por eso te pedí que lo encontraras y me lo trajeses, el resto es historia.

Los investigadores no daban crédito a Hugo le cayó una lágrima al recordar la terrible historia.

Por último Jesús Díez también contó sus avances:

-Compañeros, creo que tengo la clave de todo, estoy seguro de que lo que hay en esta carpeta es mucho más que unos simples papeles, he estado apunto de morir por ella, como ya sabéis tiene el Sol Negro, el tatuaje de todos los que pertenecen a la secta y la caperta tiene un candado cuya llave estaba en posesión de Hitler, la llevaba en un colgante.

-¿ Y la has conseguido? Dijo Cristina impaciente por ver que ocultaba esa caperta.

-Me temo... ¡que sí! Si estamos aquí es porque somos los mejores, ¿no?- dijo Jesús en un tono de superioridad.

Todos le ovacionaron y piropearon como si no hubiera un mañana.

-Pues vamos a abrirla, ¿qué esperas? Quiero ver lo que contiene.- dijo Hugo intrigado.

-Vamos allá...- dijo Jesús mientras abría la carpeta.

- No me lo creo...

- No puede ser...

- Pero esto es...

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