Akane arrancó el coche y encendió el radio donde ya se anunciaba la tragedia que había vivido la familia Ishikawa, incluso sugirieron que se trataba de un asesino serial que estaba desatando el terror en la ciudad.
Ranma estaba sumergido en sus pensamientos que no ponía atención a lo que decían en el radio, su mente estaba en el momento en que Akane lo hizo disfrutar tanto que incluso olvido sus votos de fidelidad que le juró a Ukyo en el altar hace pocos meses. Se llevó las manos a la cabeza, revolviendo su cabello con desesperación, pensando en lo que iba a ser ahora.
El auto se detuvo repentinamente, haciendo que el agente casi chocara con el tablero, haciéndolo ver a Akane, ella se bajó sin decir nada, la siguió con la mirada cuando ella pasaba frente al cofre y se dirigió a la farmacia, unos minutos después salió con una bolsa y regresó al vehículo.
-Toma -le arrojó la pequeña bolsa.
Ranma abrió la bolsa encontrando una botella de agua oxigenada y un paquete de algodón.
-¿Para qué...? -no terminó de formular la pregunta por qué Akane le señalaba la mejilla y él comprendió que se trataba del arañón que ella le dio hace rato, de tanto pensar que lo había olvidado por completo, ahora estaba abrumado, ¿cómo le explicaría a su esposa lo del arañón y el golpe en la mejilla? Además, su pantalón se había ensuciado con sus propios fluidos, de inmediato se avergonzó y le daban ganas de bajarse del coche e irse, aceptar la propuesta de Akane de renunciar al trabajo y buscar algo menos estresante y peligroso. Por reflejo vio a su compañera, claramente sabía que al referirse por peligroso, ella era el sinónimo de ésa palabra.
-Hamasaki quiere vernos en la oficina y pronto -le avisó Akane, sacándolo de sus pensamientos.
Ranma asintió, su pantalón le incomodaba, era la prueba más fehaciente de su condenado delito y quería deshacerse de él a como diera lugar.
-Tengo que cambiarme -le dijo Ranma con voz tenue.
-¿Por qué? -Interrogó Akane que no se molestó en mirarlo.
-Porque se manchó de... bueno, tú sabes -le lanzó una mirada acusadora, en realidad ella era la responsable de ésa mancha.
Akane entonces volteó a mirarlo fugazmente a donde se suponía que estaba ésa mancha.
-Ni se te nota -contestó muy tranquila.
-En serio quiero cambiarme, además, huelo a... -se sentía un enajenado religioso que sólo mencionar la palabra sexo parecía que se lo iba a tragar el infierno.
-Está bien, iremos a mi departamento, queda cerca de aquí, creo que ahí tengo un pantalón que puede quedarte -accedió Akane soltando un suspiro de resignación, en la siguiente esquina dio vuelta a la derecha.
Saotome sintió que un escalofrío helado le recorrió por la columna vertebral erizándole la piel, ir al departamento de ésa peligrosa mujer no era una buena idea, pero tampoco podía llegar a su casa y que su esposa Ukyo viera aquella pecaminosa mancha que delataría sin tapujos lo que ha pasado. Tragó saliva duramente, se dio valor, sabía que podía controlarse, la culpa no lo dejaba en paz así que ése era motivo para no volver a caer en la seducción de Akane.
Unos diez minutos aproximadamente duró el recorrido en auto hasta que llegaron al edificio donde Akane tenía su departamento, estacionó el vehículo. Pasaron el lobby y se encaminaron hacia el ascensor vacío, Ranma internamente rezaba por que subiera otra persona, quien fuese, pero no quería estar solo con Akane.
-¿Sigues tenso después del pequeño "masaje"? -le preguntó Akane mirándolo con diversión mezclada con maldad.
-¿Qué? No, no, para nada -contestó apresurado Ranma.
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Policias
ActionEscribo casi siempre lo mismo pero bueno! y AVISO que esta historia tiene lemon con contenido explícito. Está ambientado en un Universo Alterno y los personajes no tienen sus personalidades originales ¡ok! EMPEZEMOS!