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Habían sacado la nieve del auto. O lo intentaron. Pero eran niños, después de todo y no fue una sorpresa que una pelea a pequeña escala de bolas de nieve se hubo producido. Louis empezó. Siempre empezaba. Harry estaba, simplemente, obligado a defenderse, armado con una rama del suelo, tratando de batear las bolas de nieve de Louis, lejos. La señora de nieve, Susan, los miraba con desaprobación.

"Oh, genial," Louis gritó cuando a Harry realmente le llegó una bola de nieve, explotando en una nube blanca. Reunió el resto de sus bolas de nieve en su mano y las contó. "¿Crees que puedas manejar cinco al mismo tiempo?"

Harry tiró la rama lejos y se lo tacleó, lo mejor que pudo mientras sus pies se hundían profundamente en la nieve. Louis empezó a reír antes de caer al suelo. Harry lo inmovilizó, con sus manos enguantadas, entrelazadas. "Hubo un giro en la trama," sonrió, risas cayendo de sus labios.

Louis le sonrió. "¿Crees que has ganado?" Reflexionó. "No estés tan seguro."

"¿Por qué no intentas alejarte de mí, entonces?" Harry lo desafío, apretando su agarre.

Louis se encogió de hombros. "Podría hacerlo, si quisiera."

"¿Y tú no quieres?" Harry levantó ambas cejas.

"Hm..." Louis murmuró. "Me gusta mucho donde estoy, realmente."

Harry sonrió más amplio, alegría infantil extendiéndose sobre su cara, como la luz solar que pasa a través de los árboles cubiertos de nieve. Se inclinó para presionar sus fríos labios con los de Louis, invocando un suave gemido desde el fondo de la garganta de Louis. Louis retorció la muñeca derecha y Harry lo dejó en libertad. Louis pasó la mano por la espalda de Harry, lamiendo su boca, manteniéndolo distraído con sus labios.

Nieve rebotó a lo largo del cuello de Harry. Chilló, saltando de los muslos de Louis para sacudir la nieve de su ropa. Louis rodó por la nieve, rebosando en risas, sosteniendo su estómago. "Gané," dijo. "Malditamente, gané."

"Realmente, desayunaré solo," Harry se quejó, acechando hacia el auto.

Louis fue detrás de él, riéndose todavía, incapaz de detenerse. Harry no pudo evitar una sonrisa sólo por verlo feliz. Su mañana estaba hecha sólo viendo feliz a Louis.

"Vamos, amor," Louis estaba diciendo, haciendo estallar la puerta del acompañante, abriéndola. "No seas torpe."

Harry se quejó todo el camino, hacia el desayuno, al borde de la ciudad,aceptando cada beso de disculpa que Louis le dio, inclinándose en la consola del auto, quejándose en voz alta así Louis se sentiría más culpable y le daría más besos.

Ordenaron Desayuno Familiar Deluxe, que estaba destinado a alimentar a ocho. Eran unos glotones, pero, al menos, no había nadie para juzgarlos más que ellos mismos.

Era algo grande; completo con huevos, tocino, panqueques, croquetas de papa, sémola. Cada alimento básico americano que podrías pensar. Y, por supuesto, necesitaban tazas de té también.

Comieron la mayor parte de ello, una tarea que fue fácil por el hecho de que se quedaron ahí, casi dos horas, jugando con su comida —otra vez, porque eran niños— con sus pies enredados debajo de la mesa, atreviéndose a dejar que sus dedos se tocaran cuando creían que nadie los estaba mirando.

Era posible que Harry nunca hubiese estado tan feliz en su vida. Y toda esa felicidad, tenía que encontrar una salida, incluso si eso significaba que pasó la mayor parte del desayuno dibujando caras en sus panqueques, y construyendo una pequeña estructura con sus salchichas y agitando un poco de huevo sobre la mesa para que el suéter de Louis se pegara o aterrizara en su cabello. Se disculparía después y se inclinaría hacia adelante para quitárselo.

To the Ends of the Earth [Larry Stylinson] [AU] [Español]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora