DM 38._ Saber lo que tienes

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Maratón 3/3




Después del beso en la frente, los chicos les hicieron una burla ligera. Ellas decidieron salir por la puerta trasera del auditorio, para esperarlos fuera mientras ellos se refrescaban en unas regaderas que le estaban prestando dentro y poder cambiarse de ropa.

Cada una se sentó en silencio, sí, en silencio. Aguardaron sobre la banqueta y se quedaron observando la calle vacía, solo iluminada por los faroles que proyectaban una luz anaranjada y los pocos carros que pasaban o que se encontraban estacionados. Ninguna había estado nunca en esa parte de la ciudad, pues no frecuentaban la Arena Cd. de México. Esa noche, a pesar del concierto y los gritos, todo parecía tan sereno... ni un solo ruido que indicara que hubo una gran fiesta horas antes. Tranquilo y en paz, una velada perfecta a la luz de la luna y del área metropolitana para salir a dar una caminata. Hacía un poco de frío, pero había un resplandor blancuzco del satélite natural que les daba la iluminación perfecta, sin contar a las buenas estrellas que se distinguían en el cielo como pocas veces debido a la gran urbe.

Frida comenzó a mirar sus uñas de las manos con esmalte azul oscuro y con ello a analizar lo que había pasado allá dentro con Freddy. Por otro lado Valeria pensaba en qué sorpresa sería la que Alan le había dicho que le tenía preparada, a pesar de que él sabía que ella odiaba que le ocultaran algo. Mikeyla solo esperaba el momento en que Bryan le comprara su prometido bote de helado mientras Marce no dejaba de ver el pequeño papelito que sostenía en sus manos que le había dado Alonso, con un número de teléfono anotado y debajo escrito un "Te quiero" junto a un corazón. Jessica se dedicó a intentar hacer que su hermanita se desenojara con ella, era una niña traviesa y escandalosa; la combinación perfecta.

De repente la puerta de atrás se abrió y todas se sobresaltaron soltando un pequeño grito, como respuesta las risas de cinco chicos resonaron.


—Tranquilas, que no les haremos nada —respondió Jos divertido mientras acomodaba su chamarra negra, pulcra y recién estrenada. Lucía como todo un apuesto e inalcanzable chico malo, tal vez eso explicaba su comportamiento

La castañita se llevó ambas manos a la boca, sorprendida... no daba crédito a lo que sus ojos veían —¡JOS! —la pequeña hermana de Jess saltó hacia sus brazos tomándolo por sorpresa, sin embargo el pelinegro a pesar de encontrarse algo desconcertado entendió la situación y de devolvió el abrazo, arrodillándose para estar a su altura

Le sonrió de la forma más sincera y pura que su corazón guardaba, amaba a sus fans pero las más chiquitas eran su debilidad —Hola pulga, ¿cómo te llamas? —le preguntó dulcemente, sin afán de ofender

—Honey —contestó la niña con una sonrisa tímida —Tengo siete años.

—¿Con quién vienes, bonita? —inmediatamente la pequeña señaló a Jessica. Sus ojos se encontraron con los de ella, haciendo que la chica rodara los ojos —Irresponsable —murmuró él molesto sin razón

—Sí —afirmó la niña con una pequeña risa, dándole la razón. El pelinegro acarició el cabello de la nena, cada vez le caía mejor

—Tienes una hermana muy bonita, estoy seguro de que te adora aunque no lo parezca —le sonrió Jos a la niña, los demás les prestaron demasiada atención  —La conozco, ¿sabes? Y desde el principio se notó que eres su corazón entero.

Jessica y él se miraron fugazmente, Valeria reprimió su risa mientras el resto se mantenía mirándolos curiosos. Ellos no se toleraban, pero estaban en tregua de paz inconscientemente para ambos —Supongo que sí. Gracias Jos.

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