DM 42._ La semejanza de las estrellas

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La cita se había pospuesto más del tiempo que estimaban, finalmente sus horarios pudieron coincidir luego de que los chicos siguieran con su Evolution Tour por toda la República Mexicana y dar entrevistas en diversos lugares. El ojiazul comenzó a silbar para apaciguar sus nervios mientras esperaba a su, por ahora, mejor amiga.

Vivía en un vecindario lejanos para él, su casa era pequeña mas se veía muy acogedora. El techo era de teja y el hogar pintado de blanco, puerta de madera clara y algunas ventanas a la vista que dejaban ver cortinas amarillas. Había plantas y flores por doquier dándole un toque pintoresco de lo más encantador. Seguro de día se veía aún más preciosa


Su voz era aterciopelada, se sentía como una caricia, probablemente por eso lo sacó de su ensoñación —Hola —la castaña salió cerrando bien la puerta, lucía jeans cómodos y una playera del mismo color que las cortinas

Una sonrisa brotó de los labios de él, mientras observaba su cabello rizado —Hola Luna —el rubio teñido se acercó a ella para depositar un beso en su mejilla, y seguido darle un abrazo que ella respondió gustosa. Llevaban dos meses sin verse, cuánto habían cambiado, ahora la veía más feliz

—¿Qué tenemos para esta noche? —Sonrió Marce mirando a su amigo, el chico fingió estar pensando algo

—Marcela ¿te gustan las sorpresas?

—¿Sorpresas? —la castaña levantó ambas cejas, particularmente atraída por la curiosidad  —Tú no dijiste nada de eso.

—Me gusta impresionar —admitió él bajando la mirada, se llevó las manos a los bolsillos como algo característico de él  —Hay que ser original... esforzarse.

—¿Original es no planear nada? —cuestionó la morena acomodando su bolso en su hombro, era anaranjado y tan brillante como sus rizos

Alonso frunció el ceño, fingiendo estar ofendido —Sí lo planeé —se quejó y le abrió la puerta del coche


Ambos subieron y él comenzó a manejar por calles desconocidas, hasta que Marce se percató de que estaban en las afueras de la ciudad. Prefirió no decir nada y contemplar el paisaje lleno de árboles, desde lo de su padre trataba de no frecuentar esas áreas. Alonso encendió la radio y en esos instantes sonaba "A tu lado". 

Juntos tarareaban la canción, pero para él era imposible no voltear a verla con lo hermosa que se veía todavía más ese día... le dedicaba de lleno esa canción, secretamente. Con ese color amarillo resaltando su piel apiñonada, su largo y rizado cabello de color castaño oscuro y la inocencia de su mirada acompañada de una ligera sonrisa en sus labios rojos por el lipstick, era impensable no considerarla la chica perfecta en el momento perfecto.


—Ya llegamos —Alonso se aclaró la garganta obligándose a despejar su mente para evitar algún incidente a causa de sus distracciones. Estacionó el auto en un terreno lleno de pasto, no había problema en dejarlo ahí

—¿Aquí es? —Marce frunció el ceño confundida, solo había vegetación y... silencio puro  —Pero Alonso, aquí no hay nada —miró a todos lados, además de árboles y en esa parte el cielo estrellado con todo a oscuras se apreciaba perfectamente


Alonso la ayudó a bajar del auto y le echó seguro no sin antes sacar algo de la cajuela que la morena no alcanzó a distinguir, las probabilidades de que alguien llegara o robara el coche eran casi nulas pero... prefería no arriesgarse. Ambos se quedaron quietos, mirando el lugar completamente solitario. Ella desconcertada y él con los nervios a flor de piel; pronto iluminó sus pasos con ayuda de aquella misteriosa herramienta.

DM Con CD9Donde viven las historias. Descúbrelo ahora