Capítulo 2

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-¿Y yo pensé que había suficientes payasos con Ban?- susurró enfurecido, entre dientes, el profesor mientras los demás estudiantes seguían riendo.

¿Por qué todos seguían riendo? No había sido tan gracioso, ¿verdad?

¡Soy un tonto! ¡Un tonto! ¡Un tonto! No ha pasado un solo día y ya quedé como un bobo ¡¿Por qué a mí!?

-¡Silencio!-el profesor grito levantándose se su escritorio.

Las risas fueron desapareciendo poco a poco, hasta que el salón quedó en el estado en que lo encontramos. Todavía se podía ver una que otra cara retorcida aguantando la risa. El profesor lanzó una mirada tranquila y amable a Diane hasta que se volvió a mí y, juro que lo vi, una de sus cejas empezó moverse incontrolablemente. No ha pasado ni la primera hora de escuela y ya el profesor me odia. ¡Bien hecho, King! ¡Sigue así! ¿Ya mencioné que me odio?

El profesor se aclaró su garganta y volvió a serenarse.

-Muy bien jóvenes. Elijan y pasen a sus asientos- agregó en su voz monótona y nasal.

Un comentario se hizo sentir por todo el salón.

-¡Cuñado!- un chico de un extraño cabello blanco y astutos ojos rojos ondulaba su mano, en un intento de saludo. Tenía una voz potente y muy animada, algo fastidiosa- ¡Te guarde un puesto!-añadió mientras usaba la mano con la que me había saludado para señalar un pupitre vacío, al lado suyo.

¡¿Cómo que cuñado?! ¡¿Este loco quién se creía?! ¿Por qué me estaba llamando cuñado? ¿Tiene que ver con Elaine? ¿Qué tiene con Elaine?¿La estará molestando? Pues tiene si tiene toda la pinta de ser un matón ¡Qué molesto!

-¡Ban! ¿Ese no es el puesto de...? -el profesor dijo con la misma expresión que había puesto al verme.

-P-p-p-rofesor yo accedí a cambiarme-interrumpió un estudiante unos puestos más adelante casi ¿temblando?...¿Qué clase de tipo era éste?

El profesor le lanzó una mirada de sospecha al muchacho pelo blanco y este le respondió con una sonrisa inocente, si es que a esos dientes afilados y a esa apariencia de delincuente se le puede llamar inocente.

-Está bien-lanzó un suspiro de resignación.

Yo no quería sentarme ahí. Pero Diane ya se había ubicado en su puesto en una de las filas de adelante y era el único puesto que quedaba. Cabizbajo, camine lentamente y me senté. Me giré hacia el tipo ése, quien me lanzo la misma sonrisa que le lanzó al profesor.

El tipo era realmente intimidante; sus cabello blanco en punta, con un pequeño mechón que caía sobre su frente, esos ojos rojos y brillantes, parecían los de un zorro; la forma angulosa de su rostro, su nariz puntiaguda, ese cuello ancho, y, especialmente esa cicatriz que ocupaba parte de su cuello, se interrumpía y continuaba, levemente, en su mejilla. Camisa mal abrochada. Era bastante alto y su cuerpo era atlético. Perfectamente podía ser un delincuente. Aunque yo no me iba a dejar intimidar por este loco. Podía ser más fuerte, alto y atlético que yo, pero era humano (o eso aparentaba); y yo no me iba a dejar intimidar. Probablemente, como son la mayoría de los suyos, sería un completo tonto. Un bobalicón al que le gusta molestar a los más débiles. Como la mayoría de la gente, molesto.

Intente ignorar su mirada, y me volví hacia el tablero

-Capitán, le presento a mi cuñado-mencionó hacia alguien que estaba a su derecha.

Momento, ¿dijo capitán?... Esta gente está loca.

Un chico de cabellos rubios alborotados y ojos verdes se inclinó para saludarme.

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⏰ Última actualización: May 27, 2017 ⏰

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